Hace apenas una semana, el viernes 4 de julio, abría sus puertas Goxo-Goxo, una acogedora cafetería situada en el barrio Altamira de Ordizia. Lo que comenzó como una idea en la cabeza de Janeth Freire se ha convertido en una realidad que, en sus primeros días, ha superado cualquier previsión. Este pequeño establecimiento ha conseguido hacerse rápidamente un hueco en la rutina diaria de los vecinos.
Detrás de este proyecto están Janeth Freire e Ismael Cárdenas, pareja dentro y fuera del trabajo, que decidieron embarcarse juntos en esta aventura hostelera. Tras cuatro meses de reforma, han transformado por completo un local que durante años funcionó como panadería y que, según sus palabras, carecía de la calidez que hoy respira Goxo-Goxo.
El resultado es un espacio cuidado al detalle, en colores pastel, con una estética delicada y actual, muy en la línea de las cafeterías aesthetic que triunfan en redes como Pinterest. A ello se suma la música, que suena suave, con temas de entre los años 60 y 90, y que contribuye a crear una atmósfera pausada y acogedora.
Desde el principio, ambos tuvieron claro que este sería un lugar sin televisión. Querían que Goxo-Goxo fuese un espacio para desconectar del exterior y conectar con el momento presente; un rincón donde conversar, compartir un rato con amigos o familiares y disfrutar sin prisas. “La idea es que la gente se relaje, que no esté pendiente de las noticias ni del móvil, sino del café, del bizcocho y de la charla”, explican.
La inauguración de Goxo-Goxo coincidió con las fiestas del barrio, lo que contribuyó a que desde el primer día el local estuviera lleno de movimiento. Durante esa jornada especial, Freire y Cárdenas ofrecieron una bebida gratuita a quienes se acercaron a conocerlo, un detalle que ayudó a romper el hielo en sus primeras horas de apertura.
Un sueño hecho realidad...
Goxo-Goxo es, sobre todo, el sueño de Janeth Freire. Desde hace tiempo quería abrir un lugar de este tipo: un rincón en el que cualquiera pudiera sentirse cómodo y disfrutar de la experiencia, ya fuera solo o acompañado.
El nombre del local tiene además un origen familiar, ya que en casa de Janeth sus hijas utilizan la palabra goxo para expresar que están bien, tranquilas y a gusto. Esa misma sensación es la que buscan trasladar a quienes cruzan la puerta de su cafetería.
...y otro que espera su momento
Por su parte, Ismael Cárdenas, que llegó a Ordizia desde Ecuador hace tres años, también guarda una idea para el futuro: abrir un restaurante especializado en cocina latinoamericana, con especial protagonismo para la gastronomía ecuatoriana y platos de fusión latina. Sin embargo, como él mismo admite, “pasito a pasito”. De momento, la prioridad absoluta es Goxo-Goxo, un proyecto que ha requerido de una intensa reforma y que ahora reclama toda su atención.
Bizcochos, peluche y terraza
La oferta del local se adapta al ritmo de la jornada. Por las mañanas sirven desayunos, en los que ha llamado especialmente la atención el bizcocho casero, sin gluten, que elabora Mariela, madre de Janeth, con sabores que van variando cada día: zanahoria, pistacho, plátano, chocolate... Por las tardes, la carta se amplía con pizzas, ensaladas y otros platos pensados, especialmente, para compartir. Asimismo, ofrecen cócteles; todos ellos sin alcohol.
Uno de los detalles más reconocibles de la cafetería es el oso de peluche gigante que da la bienvenida en la entrada, un guiño personal de la familia que ya se ha convertido en el favorito de los más pequeños y en seña de identidad del local.
Además, en las próximas semanas, Goxo-Goxo contará con una terraza exterior, desde donde, según adelantan Freire y Cárdenas, se podrá disfrutar de unas vistas agradables del entorno. Un espacio al aire libre que aspira a completar la propuesta de este nuevo punto de encuentro para los vecinos de Altamira.