189 montañeros desafiaron a los pronósticos de lluvia para afrontar la edición número 25 de la marcha montañera Zazpi Kurutze, un clásico del montañismo guipuzcoano. El número de inscritos inicialmente era de 231, pero la amenaza de mal tiempo hizo que algunos optaran por no abandonar la protección de las sábanas ante el riesgo de que las previsiones se terminaran por cumplir.

Corriendo a pesar de la lluvia

Los que no se amilanaron por el miedo a la lluvia, tomaron la salida a las 4.00 de la mañana del domingo camino de la cruz de Erlo, la primera de las siete cruces junto a las que tendrían que pasar en los 55 kilómetros del recorrido. Una densa niebla, que empapó literalmente a los participantes, los acompañó en los cerca de siete kilómetros de subida y casi 1.000 metros de desnivel hasta Erlo, a donde llegaron en medio de la noche ayudados por los frontales con los que alumbraban el camino.

Equilibrismo

Tras pasar por las cruces de Aittola y Sargoate, el siguiente desafío fue Irukurutzeta, donde afrontaron tramos en los que el barro fue protagonista, convirtiendo cada paso en un ejercicio de equilibrismo para no terminar rodando por el suelo. El resto del recorrido no ofreció más complicaciones al margen de la distancia y la dureza de algunos de los tramos que tenían por delante, con la subida a la cruz de Izazpi como hito más destacado.

Paisaje

Los primeros en completar la vuelta y retornar a Azkoitia fueron los que encararon la marcha como una carrera de montaña, corriendo en los tramos en los que el recorrido lo permitía. Otros se lo tomaron con más tranquilidad y, fieles al carácter de marcha montañera de la prueba, cubrieron la ruta disfrutando del paisaje al ritmo que se lo permitían sus piernas.

La lluvia hizo acto de presencia a partir de las 14.00, dificultando parcialmente la marcha de buena parte de los montañeros que seguían en ruta todavía, pero no impidió que la satisfacción fuera total al final de la tarde del domingo, tanto entre los que completaron la vuelta como entre los organizadores. “La gente ha quedado muy contenta. Se han mostrado muy agradecidos por el apoyo y el trato que han recibido por parte de los voluntarios, que han vuelto a hacer un trabajo excepcional en los avituallamientos”, indicaron los organizadores de la marcha.

¿Cambio de fecha?

Este positivo balance les anima a encarar con ilusión la próxima cita, programada para 2026. Aunque no hay nada decidido, se estudia la posibilidad de trasladar la prueba al sábado. “Es sólo una idea, pero, si se materializara, nos daría pie a posponer la salida dos horas, de las 4.00 a las 6.00”.