Son ya muchos años aguantando el ruido de las obras: Tabakalera, la estación de autobuses, la actual en la Estación del Norte –se prevé que acaben en 2026–. Unos cuantos también soportando el constante tráfico de coches y autobuses a más de los 50 kilómetros por hora teóricamente permitidos. Y ahora una parada de autobús ha supuesto un problema añadido más a los vecinos del paseo de Federico García Lorca, que piden, entre otras medidas, que se suprima esa parada y se lleve a otro lugar porque, denuncian, no pueden ni “descansar”, tal es el barullo que se forma no sólo durante el día, sino también en momentos concretos de la noche.
La parada de autobús a la que se refieren los vecinos es la situada enfrente del número dos del paseo, justo a la salida de la estación, y corresponde a las líneas UK09, UK10 y UK11 de Lurraldebus. Pero, ¿puede una parada de bus causar tantas molestias? “Es un cúmulo de situaciones, la gente no es consciente”, dice Javier, uno de los vecinos de la zona e integrante de la Asociación de Vecinos Urumea, que se está movilizando para denunciar esta situación: “Los autobuses se quedan esperando con el motor arrancado varios minutos, aunque algunos conductores lo apagan, quitan visibilidad a los garajes y está al lado de las casas, sin ninguna separación como pueden ser árboles, con lo que los vecinos no tienen ninguna intimidad”.
Ruido a todas horas
Pero eso es lo menos molesto de todo, tal y como cuenta Javier: “Como se ha creado ese espacio, aparcan ahí autobuses particulares, personas que van a recoger a familiares o amigos que llegan a la estación... Eso provoca ruido de maletas, conversaciones y gritos. Cuando llueve o hace sol, la gente se protege en el portal”. Es habitual que el ruido sea constante de 7:00 horas a 23:00 horas, pero en ocasiones también hay molestias fuera de ese horario: “Paran ahí autobuses de despedida de soltero o de extranjeros que vienen de sidrería a las dos de la mañana, con el consiguiente follón que te despierta, claro. Es un goteo constante de gente, ruido, gritos y hasta suciedad que dejan”.
La parada y el continuo trajín de autobuses también provocan discusiones entre los propios chóferes y particulares que aparcan en la parada y “entre vecinos y conductores de los autobuses”, ya que en ocasiones “tapan la salida y entrada de los garajes”. A lo que se le añade la presencia del carril bici que pasa por detrás de la marquesina, así que “el follón es completo”.
"No sé por qué se ha creado ese punto"
“No sé por qué se ha creado ese punto. Han estrechado la acera y el bidegorri para meter ahí una marquesina que está casi pegada a las ventanas de las viviendas”, lamenta este vecino.
“En nuestro caso, y en el de muchas otras casas, tuvimos que cambiar las ventanas y dejarnos un buen dinero porque con las ventanas originales era imposible aislar el ruido. En verano tienes calor y no puedes ni abrir para ventilar. El tránsito de tráfico y el ruido son constantes, y encima está el polvo producido por las obras y la contaminación de los motores en marcha. Es una pasada, es que hay que vivirlo todos los días para conocerlo”, sigue relatando Javier.
Charlar unos minutos con los vecinos en el propio paseo Federico García Lorca sirve para comprobar de primera mano el tráfico constante y el ruido de los propios vehículos y también de las obras. “Llevamos años con obras. Es lo que hay. Ya terminarán”, comenta Javier, resignado, que sólo pide, en nombre de todo el vecindario, “tener derecho al descanso y a la intimidad”.
Son varias las peticiones que la Asociación de Vecinos Urumea ha trasladado a los partidos políticos tanto del Ayuntamiento de Donostia como de la Diputación de Gipuzkoa, y que van a hacer llegar también a Juntas Generales, donde tienen previsto hablar, aunque sin fecha cerrada aún. “Les hemos presentado fotos y vídeos que hemos hecho los últimos meses, porque la gente que no lo vive no es consciente”.
Traslado de la parada
Dentro de la lista de peticiones de estos vecinos, “la más urgente es la del traslado de la parada de Lurraldebus”. “Hay soluciones”, señala Javier: “Se podría poner la parada delante de la estación de tren, que ya hay un espacio habilitado para ello. Sería más beneficioso para los propios usuarios, para los conductores y para nosotros, que nos quitaría el ruido, la contaminación y el inmenso tránsito de gente. Es que la parada actual no beneficia a nadie”. Además de eliminar la parada, otra opción añadida es que algunos autobuses hagan ese servicio de dejar y recoger a los usuarios dentro de la propia estación.
“El segundo problema”, explica este vecino donostiarra, es “controlar la velocidad” con la que circulan los vehículos por la larga recta del paseo de Federico García Lorca. “Hay un radar de 50 kilómetros por hora, pero parece que no funciona, porque los coches pasan a 80. Se puede poner en marcha el radar o colocar semáforos con sensor de velocidad”, señala como posibles soluciones.
También relación con el tráfico y su consiguiente ruido tiene otra de las propuestas de esta asociación vecinal. “Pedimos habilitar el entorno, que coloquen un arbolado específico que mitigue la contaminación acústica y ambiental” que provocan los vehículos, y también “una pantalla de protección acústica ligera, junto con una pantalla vegetal vertical en los 200 metros del muro de ladrillo” que va a separar la carretera de las vías del tren. Aquí el objetivo sería tanto práctico, es decir, bajar el nivel de ruido, como estético: “Que haya algo de aspecto verde, camuflar el hormigón”.
Eliminar la zona de OTA y “convertirla en zona de residentes” para los vecinos del paseo de Federico García Lorca, paseo de Francia y Egia es otra de las solicitudes de la Asociación de Vecinos Urumea, además de “revisar” el carril bici, ya que registra una alta utilización, pero presenta “deficiencias” como un estrechamiento del carril, dos ángulos de 90 grados, pasos de cebra para los usuarios del autobús y salidas y entradas de aparcamientos particulares.
¿Estación en Riberas de Loiola?
A medio plazo, “y viendo la problemática de tráfico en Donostia”, proponen “ir haciendo la previsión de un traslado de la estación de autobuses a la zona del intercambiador de Riberas de Loiola para favorecer la intermodalidad”. Así, añaden, “en el centro de la ciudad tendremos los autobuses de Dbus para desplazamientos internos”. Esto permitiría “que no entraran tantos autobuses al centro de la ciudad”.
Por último, van más allá y ofrecen posibles usos para la actual estación de autobuses: “Parte de las plazas de parking de la estación serían para los residentes, lo que reduciría la necesidad de plazas de aparcamiento en el exterior. Y en la estación habría espacio para un cuarto de socorro, un punto de servicio de urgencias y para bomberos, Guardia Municipal y Ertzaintza”.
Discusión política
Por ahora sus propuestas han caído en saco roto, ya que este problema ha provocado un encontronazo entre el Ayuntamiento de Donostia y la Diputación de Gipuzkoa, sin que haya un acuerdo. La concejala de Movilidad del Consistorio donostiarra, Olatz Yarza, asegura que está “trabajando” con los vecinos, pero que no tiene “competencias para determinar dónde hacen la regulación las líneas de Lurraldebus”. Una de sus propuestas fue que la compañía haga los servicios en autobuses no articulados, para que así puedan entrar en la estación, donde dejarían y recogerían a los usuarios.
Sin embargo, Azahara Domínguez, diputada foral de Movilidad, Turismo y Ordenación, dice que “el Ayuntamiento quiere impedir que los usuarios de Lurraldebus puedan acceder al Centro de la ciudad en transporte público y quiere expulsar a este servicio de autobús de Donostia”, y que “la competencia en materia de ubicación y accesibilidad a las paradas de autobús dentro del núcleo urbano de Donostia es del Ayuntamiento”.
Un encontronazo que por ahora deja a los vecinos del paseo de Federico García Lorca hartos de “la contaminación acústica y ambiental” y esperando una solución lo antes posible para tener “derecho al descanso y a la intimidad”.