Irati Goikoetxea fue la primera beasaindarra en obtener la beca de creación literaria Igartza, gracias al entonces proyecto y hoy novela Herriak ez du barkatuko. Este libro, lanzado en 2021 de la mano de la editorial Elkar, acaba de ser traducido al castellano para ampliar su difusión y alcance. Bajo el nuevo título El pueblo no perdonará (ed. Alberdania), Goikoetxea involucra a un público más amplio en la necesidad de deslegitimar la violencia, dialogar los acontecimientos y cultivar la empatía.

¿Cómo se siente al ver su novela traducida al castellano?

Estoy profundamente agradecida. La traducción al castellano es un regalo tanto para mí como una oportunidad para el libro. La editorial Alberdania me brindó esta posibilidad, y Fernando Rey, quien cuenta con una destacada trayectoria profesional, hizo efectiva la traducción.

¿Sentía la necesidad de expandir su obra al público de habla hispana?

Noté un interés en algunos círculos de mi entorno por leer el libro, pero no podían hacerlo porque estaba escrito en euskera. Además, desde el principio sentí que la novela podría funcionar en castellano, tanto aquí como fuera de Euskal Herria. Aunque aborda un contexto específico, el sufrimiento y el desamparo de las víctimas lo convierten en un tema universal al mismo tiempo.

Retrocedamos en el tiempo, ¿cómo nació la idea de crear esta novela?

El libro surgió a raíz de mi deseo de plasmar en él el dolor causado por el terrorismo y la violencia. Quería hablar sobre la dureza de lo que hemos vivido en Euskal Herria en las últimas décadas, a través de la literatura. Además, experimentaba la necesidad de destacar a las víctimas; de hacer visible a esas personas que durante mucho tiempo hemos ignorado y que han enfrentado una soledad muy grande. La sociedad tiene una gran deuda con ellas.

¿En qué historia sumerge la novela al lector?

La protagonista principal es Oihana, cuyo padre fue asesinado por ETA hace 22 años; un hecho que conocemos desde el principio del libro. Lo que se narra a continuación es todo el proceso que sigue al cruel asesinato. Juego con el presente y el pasado, ya que Oihana revive esos momentos cuando recibe una llamada de un antropólogo llamado Santi. Él le propone reunirse para conocer sus experiencias y conectarle con otras víctimas. Esa llamada altera la vida cotidiana de Oihana, ya que está sobreviviendo al duelo sin abordarlo. La propuesta le obliga a enfrentar un trabajo que ha evitado durante 22 años; y es que Oihana ha estado huyendo del sufrimiento durante todo este tiempo. La llamada de Santi le obliga a resituarse y a confrontar los sentimientos y la soledad, tanto física como emocional, que ha acumulado durante tantos años. Además, Oihana es madre de una niña de 5 años y de un adolescente de 14. Ambos buscan respuestas al silencio en su hogar, tratando de comprender la ausencia de su abuelo. Eso lleva a Oihana a enfrentar esas cuestiones que no ha abordado hasta la fecha.

¿Qué objetivo persigue esta narración?

La intención de la novela es acercar al lector a las víctimas, invitándolo a quedarse junto a ellas, a escucharlas y sentirlas. Y es que, a lo largo de los últimos años, hemos sido limitados por la opinión del entorno. El temor al juicio y a las consecuencias nos ha condicionado al expresar nuestras posiciones. No obstante, la lectura del libro es un acto íntimo, realizado en nuestro propio espacio, sin observadores ni críticos. En ese momento de inmersión, las reflexiones son personales. Y ante el dolor de la otra persona sólo existe una única posición.

Con el extenso recorrido del libro en euskera es probable que haya recibido diversas críticas y elogios. ¿Hay algún comentario que recuerde especialmente?

Algunas personas me han hecho saber que mi libro les ha incitado a pensar en cómo ven a las víctimas de la violencia y el terrorismo, instándolas a reflexionar sin juzgar. Considero muy valioso que un libro tenga el poder de generar algo en el lector, influyendo en sus emociones, pensamientos o experiencias.

Habló de la necesidad que sentía de abordar en una novela el dolor de las víctimas del terrorismo. ¿Cree que la sociedad debe hablar más sobre ello? ¿Está preparada para hacerlo?

La sociedad sigue sin hablar y es necesario para sanar. Es vital abordar lo sucedido, ya sea en la familia, en las calles o en las escuelas, ya que la violencia, ya sea verbal o física, está muy presente. Trabajar en ello puede ser beneficioso para analizar nuestros comportamientos y, al mismo tiempo, ser muy críticos con todo lo acontecido. Extraer conclusiones contribuye a evitar la repetición de las injusticias que se han producido. Con la reedición del libro en castellano se presenta una nueva oportunidad para ello, ya que creo que las personas tienen el deseo y la necesidad de hablar, compartir y abordar con libertad lo que no se ha discutido durante tantos años. Me encantaría que el libro nos guiara en ese camino.

Concluye un capítulo y da inicio a otro. Mañana se presentará su nuevo trabajo Nor.

Nor es una novela corta ilustrada que ha sido realizada de forma colaborativa, siendo mi responsabilidad la parte relacionada con la escritura. La obra trata el tema del respeto hacia qué es y quién es cada persona. Explora cuestiones como la identidad, el respeto, la empatía y el amor.