A sus 77 años, la donostiarra Mariasun Górgolas es una mujer activa e inquieta que tiene “más ganas de hacer cosas que cuando era joven”. Es voluntaria en el servicio Hilo de Plata de Nagusilan, una línea telefónica cuyo objetivo es mitigar a través de la escucha la soledad de aquellas personas mayores que viven sin compañía. “A menudo lo que necesitan las personas solas es contar qué han hecho durante el día o simplemente desahogarse”, relata.

Es voluntaria en el servicio Hilo de Plata de Nagusilan. ¿Qué tareas realizan y cuál es su objetivo?

–Hilo de Plata es una línea telefónica habilitada por Nagusilan, con el fin de escuchar a personas que viven solas, o que tienen alguna discapacidad o dificultad que les impide salir de casa. Los voluntarios les escuchamos, les hacemos compañía, nos interesamos por lo que les gusta o les preocupa… La escucha es muy importante.

¿Cuál es el perfil de los usuarios?

–La mayoría de las veces son personas viudas que viven solas y que, además, tienen alguna dolencia, por lo que pasan mucho tiempo asolas en casa. Recibir nuestra llamada es una manera de apagar un rato la televisión y conversar.

Supongo que el voluntariado será una bonita forma de establecer relaciones y surgirán otros planes…

–No es lo habitual, porque como decía son personas que habitualmente tienen problemas de movilidad, pero sí me ha pasado en alguna ocasión que la señora me pida conocernos. Sucede cuando el vínculo es estrecho. Tengo cuatro personas a las que llamo todas las semanas desde hace ocho años.

Lleva ya 10 años como voluntaria. ¿Qué fue lo que le animó a colaborar?

–Por circunstancias personales, tenía más tiempo libre, y la idea de colaborar con Nagusilan surgió a través de una amiga que ya era voluntaria dedicándose a acompañar a personas enfermas. Me propuso venir a conocer la asociación y las actividades que promueve, y de todas ellas la que más me gustó fue Hilo de Plata. Es una labor muy bonita, porque las personas a las que llamo normalmente viven solas y a menudo están esperando que se produzca la llamada para contar lo que han hecho en el día, o simplemente para desahogarse. Es muy satisfactorio y llena mucho, porque con poco consigues mucho. 

¿Había hecho alguna vez algo similar?

–En Nagusilan estuve haciendo acompañamientos a centros hospitalarios a personas mayores que viven en recursos residenciales. Es una labor muy bonita, en la que el objetivo es acudir a consulta con la persona y ayudarle a comprender lo que le ha dicho el médico. 

¿Ha pensado alguna vez en dejarlo?

–No. Egoístamente, es algo que me llena y me produce satisfacción. 

En ocasiones, cumplir años nos parece algo negativo; veamos también los aspectos positivos. ¿En su opinión cuál es la mayor ventaja de ser una persona mayor?

–La experiencia que te da la vida te aporta la capacidad de ver diferentes puntos de vista. No obstante, no pienso en los años que tengo, solo pienso en tener salud y estar activa. 

¿Qué le diría a su yo de 18 años?

–Que le quedan muchísimas cosas por aprender. Con 18 años tienes toda la vida por delante, pero te falta preparación. La vida es un aprendizaje día a día. Ahora con 77 años tengo más ganas de hacer cosas que cuando era joven.