- La regeneración del ámbito de Zalduspe afrontará este año un nuevo asalto. La reordenación de la zona enclavada en el entorno del hospital comarcal pasa indefectiblemente por derruir las pequeñas naves que se levantaron al calor del despliegue industrial del siglo XX. El Consistorio de Arrasate acometerá la demolición de pabellones industriales que siguen en pie y que ha ido adquiriendo tras el cese de su actividad: un total de cinco que tras su derribo dejarán paso a nuevos aparcamientos provisionales a la espera de que se decida el futuro urbanístico de Zalduspe.

El proceso de licitación de los trabajos para demoler los citados edificios encara su recta final. Cuatro han sido las empresas que se han presentado a la convocatoria puesta en marcha por el Ayuntamiento con un presupuesto estimado en 388.117 euros y un plazo para ejecutar las obras de ocho meses. Las ofertas se están estudiando y la firma que resulte adjudicataria tendrá que ocuparse, asimismo, de dejar las parcelas en unas condiciones mínimas de seguridad para su posterior uso.

Así, a los estacionamientos provisionales habilitados en 2017 en el solar que albergó la calderería Pazi Ola, y desde 2021 también en las parcelas que acogieron la actividad de Transportes Aramburu y Etormobil, se les sumarán algo más de un centenar de plazas de cara a 2023, cuando concluya el derribo de los bloques 5, 6, 7, 9 y 10. O, lo que es lo mismo, la antigua fábrica Oltam, situada en la orilla del río, y el edificio emplazado detrás de la parada de autobuses, sede de Arrasate Margo taldea, Kaonbi y Sanbamaña batukada (colectivos que cuentan ya con una nueva ubicación). Junto a este último inmueble se derruirá el pabellón que se halla en el cruce para subir a los caseríos y que alojó en su día a las fábricas Bastida y Bihurtu, además del viejo taller de la fundición Magdalena Osla, contiguo a la calderería Argatek (antes Asmobi). El quinto edificio es una pequeña construcción que se encuentra aislada en la calle Zalduspe, entre dos zonas de aparcamiento.

Estos derribos se llevarán a cabo antes de finales de año y, una vez descontaminados los suelos, la zona del hospital, que adolece de falta de estacionamiento, se dotará de más plazas. Lo hará, sin embargo, con carácter provisional por lo menos hasta que se concrete la urbanización que rejuvenecerá la obsoleta y degradada área de Zalduspe. No hay que olvidar, por otro lado, que la ampliación del complejo hospitalario - se demolerá el viejo centro asistencial- incluye también un parking subterráneo de dos plantas con alrededor de 100 plazas.

Así, la ordenación urbanística de Zalduspe deberá acordarse en la revisión del Plan General de Ordenación Urbana del municipio; una tarea que se posterga para la próxima legislatura, cuando se agotarán los ocho años que marca la normativa para actualizar el PGOU.

El plan actualmente en vigor proyecta una rotonda para mejorar la fluidez del tráfico rodado, aparcamientos y un bidegorri. Un parque fluvial de ribera, con un área de estancia en la parcela de la antigua fábrica de Oltam, es otras de las actuaciones recogidas en el planeamiento vigente, así como la posibilidad de implantar por parte de la SPRI actividades económicas de alta tecnología. La agencia del Gobierno Vasco es propietaria de una parte del suelo en Zalduspe, fruto de la permuta con el edificio de la Escuela de Aprendices.

En cualquier caso, el Plan General tiene que revisarse y, con ello, "habrá que replantear qué hacer en Zalduspe", señala la alcaldesa, María Ubarretxena. En este proceso será una pieza clave la estación de autobuses, porque habrá que resolver si Zalduspe, hasta donde la parada se trasladó provisionalmente el pasado julio tras la peatonalización de Garibai, será su emplazamiento definitivo con la construcción, por ejemplo, de un edificio cubierto, o lo son el resto de alternativas que están sobre la mesa: el parque de Arruena (Musakola) y Laubide.

Los solares resultantes de los derribos acogerán para 2023 aparcamientos provisionales, a la espera de la futura ordenación de Zalduspe