Trabajadores y trabajadoras de distintos establecimientos hosteleros de la calle Juan de Bilbao (Ikatz Kalea) de Donostia han manifestado en una comparecencia ante los medios junto al Ayuntamiento de Donostia su “preocupación” ante la situación que los fines de semana se vive en esta calle y las de su entorno, como 31 de Agosto o San Jerónimo.

Los representantes de ocho establecimientos de la citada calle han señalado que llevan un tiempo “sufriendo una situación que no es de nuestro agrado y que nos esta acarreando problemas y también al vecindario”.

Según han apuntado, en los últimos meses y por la masificación que se constata en esta popular zona de Donostia, “estamos sufriendo las actitudes de diversos grupos que no se conforman con pasárselo bien de una forma normal, pasando a tener actitudes violentas entre ellos, con las taberneras y con el vecindario”.

Además, han lamentado, una vez cerrados los establecimientos “continúan la juerga en la calle incluso con altavoces”, hecho que está provocando el “hartazgo” de los hosteleros, así como de vecinos y vecinas del barrio.

Como ha podido saber NOTICIAS DE GIPUZKOA, el pasado fin de semana este hartazgo vecinal se tradujo en que una persona residente en Juan de Bilbao arrojó agua con lejía a los jóvenes que se hallaban en la zona, dañando las ropas que llevaban y pudiendo provocar consecuencias peores por las características del producto.

Los hosteleros consideran que “no es casual que estas personas hayan acabado en nuestra calle” y que se “haya intentado vincular los altercados acaecidos en el Centro de Donostia”.

Los firmantes del comunicado (representantes de los bares Belea, Kai, Aurresku, Belfast, Ilargi, Urka Mendi, Urraki y Herria) se han dirigido al Ayuntamiento para pedir que habilite algún espacio que facilite el encuentro de estos jóvenes, muchos menores de edad, que afirmaron que a veces siguen llegando a la calle “después del cierre de los bares”. Además, abogaron por la apertura de los locales de ocio nocturno, “donde sin duda se cumplirían las normas sanitarias mejor que en la calle”.

Mientras, reclaman medidas y denuncian que Ertzaintza y Guardia Municipal desatiendan las llamadas de los vecinos. “Somos taberneros no vigilantes de seguridad”, abundan.

Con el fin de evidenciar ese hartazgo, los firmantes bajarán la persiana mañana a las 20.00 horas y no la volverán a abrir hasta el día siguiente.

Tras esta rueda de prensa el alcalde de Donostia, Eneko Goia, se ha congratulado por el hecho de que los hosteleros de la zona compartan una preocupación que el Ayuntamiento viene manifestando a lo largo de todo el verano y les ha invitado a que colaboren para poder buscar una salida a un problema y a unas situaciones de conflicto que se repiten.

La situación que vive Donostia se repite en otros lugares. Por ejemplo, en Iruña los bares del Casco Viejo decidieron cerrar en el Juevintxo (pintxo pote) como repulsa a la agresión que había sufrido un compañero y para expresar su rechazo a los actos de vandalismo que venían sucediéndose en la zona.

El alcalde de Donostia se mostró confiado en que se pueda llevar un trabajo en común para buscar solución a un tema que preocupa, y mucho, al Ayuntamiento donostiarra. “Valoro positivamente la disposición de los hosteleros para colaborar en la búsqueda de una solución”. “Es algo imprescindible”, ha apuntado el primer edil, que ha informado que hasta la fecha no se habían llevado a cabo encuentros en esta línea.

Sobre la posibilidad de habilitar un espacio de ocio o botellón para los jóvenes, el alcalde de Donostia ha subrayado tajante que la solución no puede pasar en ningún caso por trasladar el problema a otro punto de la ciudad. “Es bien conocido cómo ha transcurrido el verano en el Muelle y otros lugares. Estamos dispuestos a trabajar en común pero repicar el problema en otro lugar no es la salida”.