- La nueva acera del paseo de La Concha, en el tramo comprendido entre el inicio de Miraconcha y el mirador que acoge la escultura de homenaje a Fleming, se ensanchará hasta los seis metros como mínimo y recibirá la plantación de 85 nuevos tamarindos.

Así estará cuando finalice el conjunto de obras que adjudicará hoy el Ayuntamiento de Donostia a la empresa Moyúa, la firma ha resultado ganadora del concurso convocado en mayo por el Ayuntamiento para llevar a cabo tres actuaciones que afectan al mismo entorno: la reparación del muro de Costa hasta el túnel de Ondarreta con la sustitución de la vieja barandilla por una nueva, la reforma de la acera en el tramo citado y las actuaciones para el cambio de tráfico derivado de la modificación del sentido de circulación entre las calles San Martín y Zubieta. La obra total costará 2,5 millones de euros, menos que los 3,1 millones por los que salió a concurso.

La concejala de Proyectos y Obras, Duñike Agirrezabalaga, explicó que el plazo de obras será de nueve meses para las tres actuaciones, desde el inicio de los trabajos, y que supondrán la culminación de un proceso de renovación que comenzó hace tiempo.

El nuevo bidegorri tendrá una longitud de 294 metros y tres de anchura. La nueva acera tendrá una banda ajardinada de entre 1,20 y 2,30 metros, en la que está previsto plantar los característicos árboles de la costa donostiarra, con una distancia de cinco metros entre ellos. Ademas, se tratará de trasplantar a la franja verde los tres o cuatro tamarindos existentes en la actualidad.

bidegorri negro

El bidegorri será de aglomerado asfáltico negro mientras que la nueva acera acogerá la característica baldosa hexagonal blanca con cenefas negras.

La reforma del paseo obligará a desplazar las farolas y se sustituirá totalmente la red de drenaje, entre otras intervenciones.

La sustitución de la barandilla es una de las actuaciones fuertes de este proyecto triple. En concreto, se cambiará el tramo comprendido entre el Eguzki y la siguiente escalera de bajada a la playa. Son 152 metros de nueva barandilla y un tramo especial inclinado para las escaleras. Los responsables municipales han previsto sacar a sorteo los viejos tramos como se hizo con anterioridad, con el fin de que los donostiarras interesados en guardar un pedazo de la historia urbana de su ciudad puedan hacerse con uno.