- El puente de Astiñene no se finalizará, al menos, hasta mediados de septiembre del próximo año. Ese es el plazo que le otorga el Ayuntamiento en la modificación del contrato original que aprobará el próximo martes. A los 17 meses de retraso se le suma, además, un encarecimiento de las obras en casi un 10%. El Gobierno municipal impondrá penalidades a la empresa por estos cambios.

La obra del puente arrancó a principios de 2019 y debía estar completada antes del verano de este año tras un periodo de quince meses de obras y un presupuesto de tres millones de euros.

Sin embargo, ya en marzo de este año se informó de un primer retraso de diez meses más de lo previsto, hasta febrero de 2021, debido a que los pilares del nuevo puente, uno en cada margen del río, tendrán 1,5 metros de diámetro y no dos, como estaba previsto. Al parecer, según explicaron en su momentos fuentes municipales, la dificultad en lograr la maquinaria necesaria para instalar los micropilotes de los pilares hizo que se tuviera que reducir su tamaño. Y ese cambio de fechas, aunque no encareció el proyecto, implicó, a su vez, nuevos cálculos para el tablero que deberán sostener. Además, los trabajos estuvieron más de cuatro meses paralizados esperando a que se construyera el tablero en un taller de Burgos.

Sin embargo, en septiembre se aprobó otra modificación que vuelve a ampliar el plazo, esta vez, hasta el 14 de septiembre de 2021, y que implica, a su vez, un encarecimiento de casi 300.000 euros más (un 10%). Un informe del departamento de Proyectos y Obras del Ayuntamiento indica que el incremento de plazo de 17 meses tiene su origen "en causas imputables al contratista", por lo cual se indica que se iniciará un expediente de imposición de penalidades.

El nuevo puente no tendrá ningún apoyo sobre el río, solo a los dos lados, siguiendo el criterio de Ura de retirar obstáculos al paso del Urumea para reducir el riesgo de desbordamientos. Será el doble de ancho que el actual y tendrá, además de dos carriles de circulación, dos aceras y bidegorris. Su trazado es algo curvo, lo que permitirá el acceso directo a la carretera que discurre junto al río hacia Amara. La obra es financiada tanto por el Ayuntamiento como por la agencia vasca del agua URA.

El retraso implica, a su vez, que el viejo puente de Astiñene, que tuvo que ser reforzado entre 2017 y 2018 tras detectarse una grieta peligrosa, deberá seguir en pie más tiempo.

El Consistorio considera que las causas del retraso son imputables al contratista y abre un expediente para penalizarlo