- La calle Mari, situada entre el palacio Goikoa y el muelle de Donostia, se ha tenido que cortar al tráfico esta pasada semana para instalar los nuevos contenedores soterrados, una actuación que salió a concurso en noviembre del pasado año y que ha tardado casi un año en hacerse realidad a causa de distintos motivos, entre ellos el parón motivado por la pandemia del COVID-19.

El conjunto de depósitos de residuos ubicados en el subsuelo de esta calle, con buzones en el exterior para que los ciudadanos depositen los materiales, ha costado a las arcas municipales cerca de 94.000 euros. La empresa seleccionada ha sido Equipos y Servicios del Nordeste SL, que comenzó a colocar la nueva instalación esta pasada semana.

El concejal de Mantenimiento Urbano, Miguel Ángel Díez Bustos, explicó que el motivo de la sustitución de estos depósitos de basura es que se estropeaban continuamente, ya que los mecanismos no funcionaban como es debido a causa de su antigüedad. La vejez de los mecanismos hacía que el mantenimiento fuera continuo y que los problemas se multiplicaran, lo que llevó al Consistorio a apostar por una sustitución completa.

Los contenedores soterrados de la calle Mari son de los primeros que se implantaron en la ciudad, junto con los de la calle Hernani. Los de la calle Mari fueron instalados hace años para dar respuesta a los problemas de recogida de residuos en la Parte Vieja, un barrio con grandes problemas a causa de la gran cantidad de establecimientos de hostelería, además de viviendas, y la estrechez de sus calles para colocar depósitos en ellas. Más adelante, la plaza de Sarriegi fue también dotada con contenedores soterrados, de modo que los vecinos puedan acercarse a ellos y depositar sus residuos.

El hueco en el que se ubican los contenedores cuenta con cuatro plataformas que suben y bajan por un sistema hidráulico que los operarios hacen funcionar por control remoto. En la primera de las plataformas hay cuatro contenedores de mil litros cada uno dedicados a la fracción resto. En la segunda hay tres: dos de ellos para papel y cartón y el tercero para vidrio. La tercera plataforma tiene otros dos contenedores de mil litros para papel y cartón y la cuarta, otros cuatro de la misma capacidad, todos ellos para envases.

Los contenedores soterrados que se reparten por Donostia se ubican en lugares en los que resulta difícil instalar estos depósitos en plena calle, tanto por falta de espacio como por otros motivos. Son una minoría entre los cerca de 4.500 depósitos de todo tipo de residuos que forman parte del paisaje urbano en la actualidad.