a bilbaina Noelia Brandériz se casó con el zumarragarra Joseba Urdangarin y desde hace catorce años reside en la localidad de Urola Garaia. Trabaja en el negocio de la familia de su marido (la ferretería Urdangarin, uno de los establecimientos emblemáticos de Zumarraga) y, gracias a su simpatía, se ha ganado a todos los vecinos. Está encantada en Zumarraga y dice que no volvería a Bilbao. Eso sí, sigue siendo del Athletic. Tiempo al tiempo...

Brandériz nació en 1977, en Bilbao. "Soy bilbaina y estoy orgullosa de ello", dice. Conoce bien el mundo de la hostelería y el comercio. Trabajó en una zapatería y en un restaurante, antes de montar una tienda de caramelos con su familia. En la actualidad, tienen alquilado el negocio a una amiga.

Conoció a su marido en Bilbao, estando de juerga. "Seis o siete amigos tenían costumbre de ir todas las semanas a las capitales. A Donostia no iban, pues a las donostiarras las consideraban más cerradas que al resto". Llevan catorce años viviendo juntos y hace nueve tuvieron a su hija Ane.

Reconoce que le costó adaptarse a Zumarraga. "Estaba muy apegada a mi madre. Además, los guipuzcoanos sois más cerrados que los bilbainos. No es fácil entrar en una cuadrilla. Eso sí, sois más nobles".

Hacerse al trabajo de la ferretería tampoco fue fácil. "De vender caramelos a trabajar en una ferretería de este calibre...". Ella no se rindió y ha conseguido que los clientes la adoren. "Los primeros años fueron horribles, pero ahora los clientes preguntan por mí. Estuve cuatro años en el euskaltegi y al que me habla en euskera, le sigo", comenta.

Gracias a su simpatía, ha hecho muchos amigos en Zumarraga. "Estoy muy feliz en Zumarraga. Durante el confinamiento, comprobamos que nos aprecian mucho. Recibimos llamadas de apoyo y, cuando por fin pudimos abrir la tienda, se formaron colas delante de la puerta. Tenemos que dar las gracias a nuestra clientela de toda la vida".

El comercio es muy atado y, cuando cierran la tienda, intentan desconectar. "Tenemos una casa en Cantabria y solemos juntarnos allí con la familia. También nos gusta mucho viajar. Nuestro último viaje fue a Cuba. Mi sueño es viajar a Nueva York. Algún día iremos, pero estamos esperando a que Ane sea un poco mayor, pues allí hay que andar mucho".

Como es lógico, adora a su marido y su hija. "Mi marido es un crack. Es impresionante cómo le respeta todo el mundo. Y es muy detallista. El día de la madre, a pesar de que todavía las tiendas estaban cerradas, se las arregló para conseguir flores. Y mi hija me hizo un dibujo precioso", recuerda.

Adora a su marido y a su hija... y va camino de adorar Zumarraga. "Cuando estamos en el pueblo, nos gusta mucho ir a Beloki. No cambiaría de pueblo. A Bilbao voy encantada, pero de visita. No volvería allí a vivir".

Eso sí. Sigue siendo del Athletic de Bilbao. Su marido, en cambio, es de la Real a muerte. "Joseba me vuelve loca con ese tema. Intenta que a Ane le guste el fútbol y sea de la Real y ella le sigue el rollo porque adora a su padre, pero no le gusta el fútbol".

Mejor, mejor... Que en Bilbao te pueden perdonar que prefieras vivir en Zumarraga, pero que permitas que tu hija sea de la Real...

Noelia Brandériz considera que los guipuzcoanos somos más cerrados que los bilbainos, pero más nobles

Reconoce que le costó adaptarse al trabajo de la ferretería, pero ahora muchos clientes preguntan por ella