Donostia - La Semana Grande calienta motores y, en este caso, también los de un helicóptero, que será el encargado trasladar a los cuatro hombres pájaro que protagonizarán uno de los espectáculos previstos para la última jornada de la fiesta, el sábado 16. Los participantes en esta actividad estuvieron el pasado miércoles en la explanada de Sagües, donde les recogerá el helicóptero el día de su actuación para izarlos en el aire y dejarles volar con sus trajes especiales antes de que se les abran los paracaídas y puedan aterrizar.
La nave aérea tendrá que realizar dos viajes, ya que en cada salto se lanzarán dos deportistas. El aterrizaje de los paracaídas tendrá lugar en una zona de la arena que quedará acotada. Se ha descartado llevar a cabo la toma de tierra en la explanada de Sagüés ya que estará ocupada por txosnas y por el escenario de los conciertos.
Aunque el espectáculo en sí comenzará a las 17.00 horas, desde dos horas antes el público podrá sacarse fotos con los protagonistas en la zona de despegue. Si el tiempo no es desapacible, el espectáculo se completará con una cuadrilla de parapentistas que, según los preparativos, despegará desde el monte Igeldo para aterrizar también la Zurriola.
El vitoriano Pablo Otxoa es uno de los cuatro componentes del grupo que protagonizará la exhibición de salto Base, una modalidad de deporte de riesgo que “nada tiene que ver con saltar desde una base”, según explica. “La palabra base corresponde a las siglas de Building, Antenna, Spans y Earth (edificio, antena, estructura y tierra), que son los lugares desde los que se llevan a cabo estos saltos”, añade el deportista, que actuará en Donostia en compañía del también gasteiztarra Juan Ramón Nestares, el azpeitiarra Diego Bravo y el madrileño Jesús Encinas. Este último era, precisamente, amigo del conocido cocinero Darío Barrio, que perdió la vida en un accidente de salto Base el pasado mes de junio en Jaén.
Sin embargo, los peligros evidentes de este deporte de alto riesgo no echan para atrás a los miembros de la asociación Amigos del Salto Base de Euskal Herria, una pequeña agrupación de media docena de personas. En el Estado, los valientes que se atreven a ejecutar estos saltos son unos 60. Además de ellos, el helicóptero R44, en el que viajará también un piloto y un cámara, será otro de los protagonistas del espectáculo aéreo, ya que el público podrán verlo en acción en Sagüés.
Otxoa reconoce que los accidentes hacen pensar, pero no quiere darle más vueltas ya que es un apasionado de esta práctica. Sin embargo, admite que su familia no comparte su afición. “Dicen que estoy zumbado”, reconoce.
Desde luego, apasionado sí que lo es. Tanto él como sus compañeros disfrutan no solo de cada ejercicio practicado, sino también de los preparativos de cada uno de ellos. Recientemente, Otxoa ha saltado del puente de Portugalete junto al montañero Alex Txikon. Ahora, sus deseos se dirigen a lograr el permiso para poder lanzarse desde la chimenea de la central térmica de Pasaia.