Impresionante. Es quizás la palabra que mejor define el verano del sector turístico en Gipuzkoa. Y especialmente en Donostia, donde más se concentran los viajeros que estos días llegan para disfrutar de unos días de vacaciones. El turismo ha vuelto a marcar un récord histórico en Gipuzkoa, certificando así una tendencia que comenzó a mediados de la pasada década y que se vio frenada de un plumazo con la crisis derivada de la pandemia. Ahora, con el covid convertido en una nebulosa en nuestra memoria, los datos evidencian que la recuperación es total y Gipuzkoa vuelve a estar marcada como destino preferente de los viajeros internacionales y del resto del Estado. 

Basta con pasear por las calles de Donostia para comprobar que el llenazo es pleno: largas colas para acceder a las oficinas de turismo, esperas de hasta una hora para degustar pintxos en aquellos bares de la Parte Vieja que gozan del favor de las guías de viajes o decenas de grupos de personas que recorren las calles siguiendo a sus respectivos guías descubriendo los rincones y secretos de la capital. 

Y es que si 2022 fue el año de la total recuperación de la actividad turística tras la pandemia, este 2023 la consolidación es total. Este mes de julio no solo se ha logrado repetir el histórico dato del pasado año, sino que la llegada de viajeros ha vuelto a marcar otra cifra jamás vista antes en Gipuzkoa, donde se registraron 157.548 entradas (un 0,1% más que en julio de 2022) y 346.784 pernoctaciones, un 2,9% más que el mismo mes del año anterior. 

Así se desprende de la encuesta de establecimientos turísticos receptores elaborada por el Eustat y publicada ayer, que desgrana que los turistas han vuelto a visitar masivamente Donostia para pasar su descanso estival. En la capital guipuzcoana, el número de entradas y el de pernoctaciones han ascendido un 4,7 y un 4,3%, respectivamente, en comparación con el pasado año, un incremento celebrado por el sector y no tanto por muchos donostiarras, que ven cómo la actividad turística pasa factura en el día a día de los vecinos, especialmente en los barrios que concentran una mayor oferta hotelera, como la Parte Vieja, el Centro o Gros.

Una familia de turistas en el centro de Donostia Iker Azurmendi

De hecho, el cartel de completo ha estado prácticamente colgado durante todo el mes. Según el Eustat, 8,4 de cada diez plazas han estado ocupadas, una cifra que se eleva al 90,8% en el caso de las habitaciones. 

“Está siendo un verano estupendo, impresionante, para nosotros histórico, con muchos días que hemos estado completos”, certifica Maite Álava, directora del hotel Tres Reyes. “Ya la primavera fue muy buena y después de Semana Santa empezó a haber mucha gente y el verano está siendo excelente”, insiste. 

Más turistas y durante más tiempo

No es solo que cada vez nos visiten más personas; también lo hacen durante más tiempo, reflejo de que el turismo extranjero tiene cada vez mayor peso. 

De hecho, más de la mitad de quien ha optado por Gipuzkoa para pasar sus vacaciones era de origen extranjero (53,4% de las entradas y 53,9% de las pernoctaciones). Las procedencias son muy variadas, pero según explica Álava, se observa una consolidación total del cliente europeo, con muchos franceses y alemanes entre su clientela, pero también viajeros procedentes de Países Bajos y países escandinavos, especialmente Suecia y Finlandia. 

Además, según Álava, el mercado asiático está dando visos de asentarse, mientras que el americano y el sudamericano está despuntando con fuerza. 

Esto hace que la estancia media haya superado ya, por primera vez, los dos días de media (2,04). 

“Refugio climático”

Son muchas las razones que llevan a los turistas a elegir Gipuzkoa. La reputada gastronomía, una oferta cultural más que interesante y unos paisajes idílicos son la carta de presentación, pero el clima parece estar convirtiéndose, cada vez más, en un aspecto fundamental. “Cada vez tenemos más clientes que vienen huyendo del calor. Gente para la que el norte nunca ha sido el destino que elegían y que ahora, debido al calor que están sufriendo en sus lugares de procedencia, nos eligen como, por decirlo de alguna manera, refugio climático”, explica Álava. 

Lo que es una evidencia es que el precio no supone un problema para quienes nos eligen para sus vacaciones. La tarifa media diaria (aplicada a una habitación doble con baño en régimen de solo alojamiento) ha ascendido en Gipuzkoa en julio a 165,37 euros y se dispara a los 208,64 euros en la capital. Álava lo tiene claro: “Aquí los hoteles son de muy buena calidad y el cliente tiene claro que está pagando por un servicio que es muy bueno. Que el precio sea caro o no siempre es relativo, pero tenemos que tener en cuenta que estamos en temporada alta”, señala, al tiempo que reconoce que no es un factor que “eche para atrás” a los turistas.