No hay horizonte próximo para la reapertura del puente Avenida que une Irun y Hendaia. Así se deduce de las palabras del prefecto de los Pirineos Atlánticos, Julien Charles, que en varias ocasiones durante el último mes ha supeditado la reapertura de la infraestructura a unas “negociaciones entre París y Madrid para poner en marcha patrullas fronterizas conjuntas”, unas conversaciones ahora paralizadas por las elecciones generales españolas.

“Queríamos que el puente Avenida estuviera abierto para la temporada de verano, pero no ha podido ser”, se lamentó la semana pasada el prefecto en la inauguración de una nueva comisaría en Hendaia, ubicado frente al actual Ayuntamiento y conjunta con la Policía Local. La propuesta desvela unas conversaciones que interpelan al Gobierno español.

El 12 de julio de 2022 el delegado del Ejecutivo español en la CAV, Denis Itxaso, y el alcalde de Irun, José Antonio Santano (ambos del PSE), se desplazaron a la sede de la Prefectura, en Pau, para reunirse con el delegado galo en aquel momento, Éric Spitz, y presentar los perjuicios que suponía el cierre del puente. El actual prefecto, sin embargo, lanza la pelota al tejado del Gobierno español y supedita la apertura a unas patrullas conjuntas que responderían a los fines marcados por París, que insiste en dos argumentos para mantener las barreras en un puente peatonal. El primero, la “lucha contra el terrorismo”, algo que los vecinos del País del Bidasoa notaron desde las horas posteriores de la masacre de Bataclan (noviembre d 2015). Y en segundo lugar, la que apunta la razón principal pese a que las autoridades galas empleen el argumento en segundo lugar, los migrantes que cruzan el Bidasoa tratan de buscar una vida mejor en Francia.

Una decena de ellos ha muerto intentándolo desde abril de 2020, algunos en las traicioneras aguas del río Bidasoa; otros, en Ziburu, cuando caminaban por el ferrocarril como vía alternativa ante la presión policial de las vías habituales, como denunció el Ayuntamiento de Ziburu tras la muerte de tres personas arrolladas por el tren en octubre de 2021.

La propuesta lanzada por el prefecto llama la atención cuando cada Policía se hace cargo de su lado de la frontera, y además, en Hendaia existe un Centro de Cooperación Policial y Aduanera (CCPA) tras el acuerdo firmado por ambos estados en 1998 y que incorporó a la Ertzainza el 1 de enero de 2010.

Entre las competencias de los CCPA se halla la “lucha contra la inmigración ilegal”, la coordinación de las acciones policiales transfronterizas, la transmisión de información policial, el control de posibles desórdenes públicos, y la lucha contra la delincuencia y el tráfico ilegal de productos, en la medida en que de ese Centro también forman parte policías de Aduanas.

Enfado creciente

Unas explicaciones que lejos de calmar, enfadan aún más a vecinos de ambos lados de la muga. Sobre todo, a los del sur. Cabe recordar que en 1915, aún durante la Primera Guerra Mundial, fue Irun quien sufragó la construcción de un puente que apenas 20 años después sería la puerta a la salvación para miles de vascos que huyeron por él en plena Guerra Civil. Casi 80 años más tarde, ha sido el Ayuntamiento de Irun quien hizo frente a la reparación de un puente que presentaba graves deficiencias estructurales y que Francia cerró por su lado cuatro meses después, en enero de 2021.

El Tour sirvió el lunes pasado para reabrir este punto, de uso muy habitual para vecinos y caminantes de la zona, que aprovechan el ascensor existente para enlazar los diversos bidegorris. La apertura duró pocas horas: apenas 24. La orden del prefecto llegaba hasta la medianoche del martes. Horas después llegaron los operarios, las vallas y la situación anterior. Al menos, hasta que el Gobierno francés consiga que España se sume, pague y aporte medios en su “vigilancia” de la migración.