Operarios del Estado francés han vuelto a vallar el puente internacional Avenida, la histórica infraestructura hoy peatonal que une ambas orillas del Bidasoa y que el paso del Tour había logrado reabrir. Por unas horas.

Lo que no han podido hacer ni los derechos humanos más básicos ni las necesidades diarias de miles de habitantes el País del Bidasoa lo había conseguido la gran ronda gala: desbloquear el paso entre ambas orillas al retirarse el vallado de 6:00 horas a medianoche del lunes con motivo de la tercera etapa por orden del prefecto.

El puente Avenida de Irun, reabierto con motivo del paso del Tour de Francia este lunes Javi Colmenero

Tras más de dos años cerrado con la justificación antiterrorista, suspendiendo en este punto el Espacio Schengen, los alcaldes de ambos municipios, José Antonio Santano y Kotte Ecenarro, se citaron a las 6:00 horas del mismo lunes para reivindicar el paso libre y celebrar una caída de la valla que ha durado apenas 24 horas, aunque aficionados ciclistas ya se habían quejado de no poder cruzar el puente este lunes por la presencia policial.

"Una vergüenza y una ofensa"

Ambos alcaldes de Irun y Hendaia se han vuelto a encontrar en el mismo punto 24 horas después para denunciar en una comparecencia de urgencia que "presenciar este cierre en la Europa de 2023 es una vergüenza". En palabras de Santano, el cierre decretado por el Estado francés "es una ofensa para las dos ciudades y para los vecinos de Irun y Hendaia, y no es solo una dificultad para la movilidad. Es algo más profundo: se está creando un obstáculo para la relación entre ambas ciudades, sobre todo, es incomprensible".

Apenas un día después de que ambos responsables se felicitaran por la apertura, el primer edil irundarra ha reconocido no poder "comprender cuáles son las razones que pueden llevar a este cierre en el contexto de una frontera que tiene 500 kilómetros, con puentes en Gipuzkoa, Navarra y más allá, y se haya decidido hacer el cierre justo en este pequeño rincón del Bidasoa, donde la relación entre vecinos de ambos lados es más continua, en un puente que es historia viva de Irun, del Bidasoa, de Euskadi y de Europa, porque en este puente han pasado muchas cosas, y muchas terribles".

Construido en 1915, fue el punto por el que miles de vascos huyeron de la Guerra Civil española, en un contexto en el que, sin ir más lejos, en plena Segunda Guerra Mundial el president catalán en el exilio, Lluís Companys, fue entregado por las tropas nazis al Gobierno franquista, que lo ejecutaría en Barcelona. La construcción del contiguo puente de Santiago, el que cruzó el martes el Tour y el que sirve para el tráfico rodado hoy en día, redujo el tránsito del histórico puente Avenida, que en 2020 sufrió una remodelación estructural.

"Parece mentira que más de 100 años después de la construcción del puente nos encontremos de nuevo con decisiones como esta, colocar una valla que impide la relación entre vecinos, impedir la movilidad y ofender a ambas ciudades, por las formas que se ha hecho, con la rapidez que se ha hecho", ha concluido Santano.

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