El puente de Astiñene ha recibido este martes una de sus dos vigas centrales, por lo que desde primeras horas de la tarde se puede contemplar la pasarela en toda su longitud, desde Riberas de Loiola a Egia.

Problemas derivados de la huelga del transporte han retrasado la colocación de esta pieza metálica, una de las dos que unen ambos lados del puente y darán por finalizada la estructura en su totalidad. El pasado mes de febrero se instaló el brazo del lado de Riberas de Loiola, por lo que solo quedaba por completar el centro del puente.

Una grúa de grandes dimensiones, que llegó a Donostia el pasado lunes, ha comenzado esta mañana a izar la gran pieza de 40 metros largo y 43 toneladas de peso para llevarla hasta su exacta ubicación. La posición de la viga debe tener una exactitud milimétrica para que el encaje sea perfecto.

La operación ha arrancado a las 10.15 horas pero la maniobra ha tenido que repetirse ya que los andamios situados en los extremos dificultaban el paso holgado de la viga hasta su posición. Los técnicos han optado por retirar parte de los andamios para facilitar la maniobra y han recomenzado la operación.

La pieza que ha volado sobre el Urumea llegó a Donostia en dos partes, que se soldaron en el suelo para poder pasar en un único tramo a manos de la grúa. Tras su instalación uniendo ambas márgenes del Urumea, la viga será soldada básicamente a cada extremo y en los próximos días se unirá con mayor detalle al resto de la estructura.

La pieza que ha sido colocada es la situada aguas arriba. Queda aún la segunda, la prevista aguas abajo, que es algo más corta y se instalará en los próximos días. Por el momento, no hay fecha exacta y su inserción podría ser realidad antes de Semana Santa, pero no es seguro.

Los últimos retrasos de este puente, que ha contado con innumerables problemas, prevén que pueda abrirse al tráfico de vehículos y personas el próximo mes de julio. Después, llegará el momento de derribar la vieja pasarela, que sigue funcionando para garantizar la conexión Egia-Loiola.