75 ediciones dando ambiente a la Navidad
orría el año 1946 cuando el párroco de la Asunción de Errenteria tuvo una idea para poner su granito de arena al espíritu navideño. De ella surgió el I Concurso de Villancicos para ambientar, como era conocido por aquel entonces un evento que buscaba, precisamente, ambientar la Navidad en la localidad. Este domingo el evento cumple 75 ediciones con un programa especial en el que abandona su carácter competitivo por un formato de exhibición en el que participarán diez coros activos que han ganado al menos una vez el primer premio del certamen.
El Concurso Provincial de Villancicos de Errenteria, como se conoce hoy día al formato, es casi con seguridad el festival de este tipo más antiguo de todos los que siguen en pie. "Hay otro muy importante en La Rioja, pero como este no hay ninguno", asegura a este periódico el coordinador del certamen, Josetxo Oliveri. Lo que empezó siendo un evento de carácter local, con el único objetivo de hacer más navideño el municipio galletero, fue evolucionando, primero a campeonato comarcal, luego a provincial y finalmente abierto a coros de fuera de Gipuzkoa.
Este crecimiento se ha ido reflejando en las distintas sedes del concurso. "El festival comenzó en el pórtico de la Iglesia y pasó a otros puntos de la calle donde pasábamos mucho frío. Hubo un momento de temor de si llevarlo a un sitio cerrado porque se podía perder el espíritu del concurso, pero finalmente se llevó a los tres cines que había en Errenteria", explica Oliveri sobre un concurso que desde 1989 se lleva a cabo en el polideportivo municipal.
"En este tiempo, las letras también han ido evolucionando. Antes, todas eran de carácter religioso y ahora se crean nuevas con otros significados asociados a la Navidad", añade el coordinador de un festival que organiza Ereintza Elkartea. En contra de lo que pudiera parecer, los villancicos siguen estado "muy vivos", ya que la mayoría de los coros guipuzcoanos dedican los meses de diciembre y de enero a ellos. Incluso es habitual escuchar composiciones nuevas en cada edición.
De igual manera, los errenterianos acuden con asiduidad cada año el evento. "Existe una sana rivalidad entre los coros y los espectadores responden muy bien. Está por ver qué pasa este año tras la ausencia del pasado año por la pandemia", explica. El covid-19 suprimió por tercera vez la celebración del evento. Las dos anteriores se habían dado como consecuencia del estado de excepción en Gipuzkoa. "Los años del franquismo fueron complicados, con mucho papeleo para poder ser autorizados", explica sobre una época en la que la ley de actividades permitió su celebración entre muchos problemas político-sociales que hicieron que se llevase a cabo "de mala manera".
Fue en ese tiempo, concretamente en 1975, cuando la coral Andra Mari se alzó con el máximo premio, venciendo así por primera vez en un concurso. "Fueron las primeras 500 pesetas que entraron en el coro", recuerda entre risas Oliveri.
Para celebrar la efeméride de los 75 años, el concurso celebrará este domingo un programa especial que también busca servir "como homenaje a los coros, que tan mal lo han pasado en la pandemia". "Hemos querido evitar la presión de la competición", indica Oliveri, por lo que el formato escogido para esta edición será de exhibición.
Antes, por la mañana, a partir de las 12.30 horas, y como aperitivo, tendrá lugar el IV Encuentro Intergeneracional Horra, horra!, en el que coros infantiles y de veteranos mayores de 55 años ofrecerán un concierto junto a los dantzaris de Ereintza Dantza Taldea.
Será a partir de las 18.30 horas cuando diez agrupaciones en activo que han obtenido al menos una vez el primer premio del festival canten uno o dos villancicos. A la celebración también se sumará la Banda Municipal de Errenteria, junto a la que todos los coros cantarán una canción.
A estas dos citas se le suma una virtual, ya que, por segundo año consecutivo, se ha convocado el Gabon Sustraiak Lehiaketa, que recupera villancicos "olvidados de pequeños pueblos". "Es algo que surgió el año pasado al no poderse celebrar el concurso y que queremos seguir potenciando", explican desde Ereintza Elkartea.
Para ofrecer la máxima seguridad, el aforo del domingo será reducido al 50% y se colocarán sillas con distancia de seguridad. Las entradas tienen un precio simbólico de dos euros con el que poner "en valor los esfuerzos de los coros y de la organización".
Fotografías. Para celebrar las 75 ediciones del festival errenteriano se ha editado también el libro Concurso de villancicos para un ambiente, que reúne fotografías, artículos, hechos relevantes y el palmarés de todos estos años. "No ha sido nada fácil encontrar imágenes porque durante muchos años no se documentaba", explica el coordinador del evento, Josetxo Oliveri. Para su publicación, Ereintza elkartea solicitó que aquellas personas con imágenes del certamen en su haber se las hiciera llegar a la organización.