donostia - El Ayuntamiento de Donostia ha obtenido 600.000 euros para ayudar a la financiación de la obra escultórica de Cristina Iglesias en la isla de Santa Clara, una intervención que, por el momento, tiene unas necesidades presupuestarias de 3,7 millones de euros.
El concejal de Cultura, Jon Insausti, respondió a la interpelación presentada por el grupo municipal de EH Bildu sobre “el incremento de presupuesto de 1,5 millones” de la escultura de Iglesias y negó que el proyecto haya aumentado de precio. Asimismo, anunció que, además de los 200.000 euros comprometidos recientemente por la Diputación de Gipuzkoa, el Consistorio ha obtenido otros 400.000 de entidades que, por el momento prefirió no señalar. El banco Sabadell es una de las empresas que desde el principio del proyecto ha manifestado su intención de colaborar con la obra escultórica.
Insausti añadió que el Ayuntamiento sigue reuniéndose con entidades de distinta clase para obtener más patrocinios con los que aligerar la carga económica de la intervención artística promovida por el Ayuntamiento de Donostia.
El concejal de Cultura manifestó que la primera cifra aportada, de 1,5 millones de euros, correspondió a la ejecución del vaso escultórico con relieves que se colocará en el suelo del edificio de faro, una vez vaciado en su interior. Asimismo, indicó que “la intervención tiene un coste, pero luego está la obra civil, el refuerzo de edificio, la ejecución de un agujero de unos cinco metros de profundidad, la cubierta, los proyectos...). Por otra parte, el corporativo jeltzale señaló que todos los encargos relacionados con la iniciativa artística llevados a cabo hasta el momento han recaído en empresas locales.
Por otra parte, Insausti rechazó la opinión vertida por la concejala de Elkarrekin Donostia, Haizea Garay, que señaló en su interpelación sobre el mismo proyecto que la iniciativa ha provocado “reacciones muy negativas” por parte de distintos colectivos. Insausti, por el contrario, dijo que él ha escuchado “también muchas alabanzas” y añadió que la intervención de Cristina Iglesias es una “apuesta cultural de la ciudad”.
El corporativo, además, negó que, como sostuvo Garay, el edificio del faro de la isla forme parte del patrimonio industrial, como consideran algunos. “Hay que distinguir el faro, que seguirá funcionando, y el edificio, que estaba vacío desde hace décadas y sin uso”, dijo Insausti, que añadió que “en el Estado hay cinco faros que son monumentos pero el de Donostia no tiene ese carácter, como tampoco lo tiene el de Lekeitio, por ejemplo, donde hay un restaurante”.
El concejal del Cultura añadió que con la ejecución de la obra de Cristina Iglesias “se da un uso a un espacio inutilizado” que, además, contó con la aprobación del Colegio de Arquitectos y no contó con ninguna alegación en el periodo abierto para ello.