Hay pocas cosas que se retransmiten tan bien en televisión como los encierros de San Fermín y toca felicitar al equipo de TVE por ese gran trabajo que hacen cada mañana desde Pamplona.
La incorporación en los últimos años de la alta definición, las espectaculares imágenes que ofrecen las tirolinas o la cámara lenta con las lupas señalando los momentos críticos son ya parte imprescindible de la retransmisión. Este año la novedad ha sido la incorporación de la inteligencia artificial al programa, que se ha saldado con una gran polémica por su torpe e inexplicable intento de edulcorar el pasado (falló la inteligencia humana para evitarlo) y que ha servido para constatar que la realidad supera a la ficción, y que en el encierro hay muchísima realidad cada día. La otra gran polémica ha sido la torpeza de confundirse de encierro y emitir el del día anterior, pero eso ha sido cosa de La hora de La 1, el programa que se emite a continuación, y no del equipo encargado de la retransmisión, así que serán otros quienes tengan que revisar sus protocolos.
Sobre el equipo humano de Vive San Fermín, toca poner en valor el buen tono y siempre didáctico de Teo Lázaro (a destacar su ojo de lince para detectar y argumentar cuanto pase en el cierro) y la labor de Ana Prada (encargada de llevar el ritmo del programa, atenta a cualquier incidencia), quienes se complementan a la perfección. Junto a ellos, un sobreexcitado Iantzi, que lo hace bien cuando se calma y se acopla con sus dos compañeros, pero derrapa en sus afanes de ser protagonista y hablar solo para escucharse.
Este lunes es el último día y quizás podamos ver, como avanzó en la presentación, a Teo Lázaro en el encierro como un mozo más, igual que hizo durante tantos años antes de ponerse al frente de la retransmisión de TVE. Sería una bonita forma, y bien distinta, de poner el fin de fiesta a su excelente labor hasta el año que viene.