donostia - Los donostiarras generan más basura cada año, hasta un total de 87,5 millones de kilos el año pasado en el ámbito urbano (al margen de los residuos generados por la actividad industrial), es decir, 1,29 kilos por persona y día. Ese incremento se refleja tanto en la fracción resto o rechazo como en la recogida selectiva, que crece muy ligeramente en el porcentaje hasta convertirse en el 38,84% del total, un punto más que hace cuatro años y muy lejos todavía del 60% marcado como objetivo y del 80% que se ha fijado como meta para el año 2030 en el plan Klima DSS 2050. Este plan, que contiene las directrices municipales en materia medioambiental, aspira también a reducir la generación de residuos por habitante hasta un 15% para 2030 con respecto a 2010, cuando se generaron 1,27 kilos de basura por día y por habitante.

Los datos confirman que, aunque con la crisis la generación de residuos se redujo ligeramente a principios de la década, a partir de 2013 volvió a empezar a crecer hasta los 469 kilos por habitante al año que se generan en Donostia. Entonces la recogida selectiva rondaba el 30% y dos años después, con los contenedores orgánicos instalados en toda la ciudad, llegó al 37,85%. Desde entonces se mantiene prácticamente estable, con pequeños altibajos estos últimos tres años.

En lo que se refiere al volumen total de residuos generados, los 24,5 millones de kilos recogidos de manera selectiva en 2013 se convirtieron el año pasado en casi 34, es decir, diez millones más. El incremento se produjo, sobre todo, entre 2013 y 2015, con la instalación de los contenedores marrones en toda la ciudad (antes funcionaban solo en Gros y Amara de manera experimental), que recogieron 4,6 millones de kilos de materia orgánica hace cuatro años. Tras un crecimiento ligero pero sostenido estos años, el año pasado fueron 5,1 millones de kilos.

papel, envases y vidrio La evolución de los datos de recogida selectiva de papel, envases ligeros y vidrio es similar en los últimos años. Con la crisis, el volumen de material recogido en los contenedores azul y amarillo se resintió en los años 2012 y 2013, pero a partir de ahí ha crecido año tras año. En 2018 se recogieron 11,6 kilos de papel y cartón (en este caso, incluidos los de procedencia comercial e industrial) y más de cinco millones de envases ligeros.

También el vidrio mantiene una tendencia al alza desde 2010 y, esta vez, sin resentirse por la crisis. El año pasado se recogieron casi 7,3 millones de kilos. Donostia volvió a ser la capital de provincia con un ratio mayor de reciclaje de vidrio de todo el Estado (38,4 kilos por habitante), según los últimos datos de Ecovidrio.

Las estadísticas de los residuos recogidos en Donostia el año pasado repasan, asimismo, los resultados de los contenedores para pilas, los de material textil y los de aceite. En este último caso, la evolución de los últimos años presenta grandes altibajos, desde los 50.000 litros que se recogían a principios de la década a los casi 150.000 de 2015 (cuando se multiplicaron los contenedores de recogida en la calle) y los 95.000 del año pasado. Los depósitos gestionados por Old Berri, por su parte, recogieron en 2018 algo más de 720.000 kilos de ropa, la cifra más alta hasta la fecha.

Las pilas, por otro lado, que se recogen en los puntos de recogida establecidos en algunas tiendas y en los pequeños contenedores instalados en la calle, se mantienen estables, con alrededor de 25.000 kilos en los últimos años.

Las estadísticas reflejan, asimismo, la evolución de los residuos gestionados por los dos garbigunes de la ciudad, así como por el punto verde móvil o camión que recorre los barrios todas las semanas. Además de los casi tres millones de kilos de residuos voluminosos (casi un millón más que en 2013, en plena crisis), se contabilizaron también más de dos millones de kilos de madera y medio millón de restos de jardín, así como 275.000 kilos de aparatos eléctricos y electrónicos.

Mientras, los residuos no separados, es decir, los que se incluyen en la fracción rechazo, han descendido notablemente desde 2010 (casi ocho millones menos). El descenso se hizo notar, principalmente, con la extensión de los contenedores marrones en 2015, cuando se contabilizaron 52 millones de kilos de fracción resto. Desde entonces, sin embargo, la cantidad ha crecido en más de un millón de kilos de material resto hasta los casi 53,5 millones de kilos.