Finalizada la Guerra Civil, la mayoría de las localidades vascas (y del conjunto del Estado) se vieron abocadas a afrontar unos años de enorme dificultad marcados por las consecuencias del conflicto bélico. La necesidad de superar las ausencias de seres queridos, de reparar los daños ocasionados por las bombas y las armas en los entramados urbanos y de subsistir en una época en la que los alimentos brillaban por su ausencia marcó a varias generaciones, pero sobre todo a las más jóvenes; que en aquel contexto difícilmente conseguían encontrar alicientes para afrontar el futuro con ilusión y esperanza.
Sin embargo, varios municipios se toparon con personas con una clara vocación de servicio a su comunidad que trabajaron de manera incansable para hacer frente a una situación que las instituciones franquistas de la época eran incapaces de revertir por sí solas.
En más de un pueblo guipuzcoano, la impagable labor altruista realizada por aquellas personalidades (principalmente con la juventud local) no tardó en dar sus frutos.
Es el caso de Mutriku, donde en pocos años la ciudadanía tuvo a su disposición numerosos nuevos recursos, entidades y equipamientos que contribuyeron a hacer más llevaderos los duros años del comienzo de la dictadura y al mismo tiempo a impulsar la vida y la actividad del pueblo.
En gran parte, aquellos logros se produjeron gracias al trabajo desempeñado por el recordado sacerdote Don José Antonio Ezeiza; principal impulsor de numerosas entidades como la Escuela de Formación Profesional, la asociación juvenil Jauja, el cine o el Mutriku Futbol Taldea.
Precisamente, este año se cumplen 75 años de la creación del club de fútbol mutrikuarra; una institución de la que, de un modo u otro, han formado parte miles de ciudadanos y que gracias a su dilatada trayectoria se ha hecho merecedora de un lugar destacado dentro de la historia reciente de la villa costera.
Los hitos del club Fundado en el año 1944, el club de fútbol de Mutriku inició su andadura competitiva disputando la Liga Regional (entonces solo había una) en la temporada 1944-1945.
Como en sus orígenes carecían de un estadio propio en el pueblo, los mutrikuarras disputaron sus primeros partidos como locales “jugando en campos de fútbol de localidades del entorno como Deba o Elgoibar”, explica Joxe Mari Ulazia, integrante de la comisión ciudadana creada para organizar el programa conmemorativo del 75º aniversario del club.
Sin embargo, esa realidad no tardó en cambiar; toda vez que en abril de 1945 se procedió a la inauguración del campo de San Miguel; todo un hito para un club como el Mutriku FT, que desde su gestación ha disputado quince temporadas en la Tercera División del fútbol estatal.
En relación a esa categoría, los mutrikuarras de mayor edad aún recuerdan la temporada 1968-69, en la que el equipo local consiguió imponerse nada menos que al Osasuna de Pamplona. Y es que, según señala el propio Ulazia, “en aquella época hubo un año en que el Mutriku llegó a ser el segundo mejor equipo de Gipuzkoa, por detrás de la Real Sociedad pero por delante de históricos como el Real Unión o el Eibar”.
De hecho, “entre las competiciones de Liga, Copa y Aficionados” el Mutriku FT ha disputado una decena de finales a lo largo de su historia.
De todas ellas hay algunas con una significación especial como la final del campeonato regional de la temporada 1956-1957 disputada en el estadio de Atotxa entre el Mutriku y el Tolosa (los tolosarras se impusieron por 2-1) y que dejó una imagen para la historia. Y es que antes del inicio del partido los capitanes de ambos equipos se intercambiaron txapelas y besugos a modo de regalos representativos de sus respectivas localidades.
Asimismo, en la villa costera tampoco se olvidan de la fase de ascenso a Tercera división de la temporada 1975-76. En la eliminatoria decisiva los mutrikuarras se impusieron en casa por 1-0 al Touring; mientras que en el partido de vuelta los de Renteria se hicieron con la victoria por el mismo resultado.
En consecuencia, ambos conjuntos tuvieron que jugar un tercer encuentro de desempate. Este se disputó en Atotxa y el Mutriku consiguió el triunfo por un contundente 3-0. Sin embargo, cuenta Ulazia, “el club no tenía dinero para poder hacer efectivo el ascenso, por lo que tuvo que renunciar a su plaza en Tercera, que finalmente fue para el Touring”.
Otros hitos destacados de la entidad deportiva mutrikuarra fueron la reinauguración del estadio de San Miguel en noviembre de 1983, la puesta en marcha del primer equipo femenino en el año 2001 y la implantación del césped de hierba artificial en el campo de fútbol en el año 2009.
A pesar de las reticencias iniciales, el paso del tiempo ha demostrado que aquel cambio del tipo de césped fue un gran acierto ya que ha posibilitado incrementar de manera considerable el uso y el aprovechamiento del campo por parte de un club que en la actualidad tiene bajo su disciplina a 15 equipos (9 de ellos federados) en los que juegan 300 chicos y chicas.
Debabarrena
24 de mayo. Mesa redonda sobre la situación actual del fútbol. 25 de mayo. Partido entre los equipos de veteranos del Mutriku y de la Real Sociedad.
26 de mayo. Torneo triangular con la participación de los equipos femeninos del Mutriku, el Eibar y la Real Sociedad.
28 de mayo. Apertura de la exposición conmemorativa del 75º aniversario del club.
30 de mayo. Entrevista para reflexionar en torno al tema Dena ez da futbola / Todo no es fútbol.
Mayo-junio. Puesta en escena de la obra teatral Jokoz kanpo.
1 de junio. Derbi entre los primeros equipos del Mutriku y del Aurrera de Ondarroa.
22 de junio. Fiesta popular.
En ‘Madalenas’. Presentación del libro del 75º aniversario.