Heidi y Pedro en Legazpi
En los Artzaitxo Egunak de la fundación Lenbur, los niños tienen ocasión de conocer cómo viven los pastores y dar el biberón a los corderos del caserío Erraizabal. Como Heidi y Pedro, al pie de Aizkorri.
Heidi y Pedro son dos de los personajes más entrañables que han dado los dibujos animados. A la pobre Heidi le mandan a una aldea de los Alpes a casa de su cascarrabias abuelo. Afortunadamente, enseguida hace un amigo, el bueno de Pedro, y consigue ablandar el corazón de su abuelo. Y de la mano de Pedro, la urbanita Heidi se convierte en una gran pastora. Gracias a la fundación Lenbur y el caserío Erraizabal, los niños vascos tienen ocasión de meterse en la piel de Heidi y Pedro y ser pastores por un día. La iniciativa Artzaitxo Egunak ofrece la posibilidad de conocer una quesería, probar queso y dar el biberón a los corderitos.
Las visitas de este año comenzaron el 9 de marzo y finalizarán el 7 de abril. Este puente han sido muchas las familias que han pasado por Erraizabal. El sábado hizo un tiempo estupendo y el barrio Telleriarte de Legazpi, con sus verdes prados y Aizkorri de fondo, no tenía nada que envidiar a los Alpes. En la visita de las 11.00 horas se reunieron 63 personas de Irun, Gasteiz, Arrasate, Ordizia, Donostia, Ermua, Hernani...
Los Artzaitxo Egunak tienen tal éxito que una persona tiene que encargarse de que los coches se aparquen ordenadamente alrededor del caserío. Esa persona es Ainhoa Korta, que también ejerce de guía. Marijose Aizpurua, por su parte, prepara los pintxos.
La encargada de dar la bienvenida es Arantza Segurola, la mujer de la casa. “Tenemos un montón de ovejas y corderos. Se encargan de cuidar este maravilloso paisaje verde. Y con su leche hacemos el mejor queso del mundo. Luego tendréis ocasión de probarlo, con pan elaborado por Tibur en el caserío Igaralde y sidra”, les contó.
Tras la introducción, entraron en el ecomuseo del pastoreo, situado en el propio caserío. Allí, Korta les contó que las ovejas son hembras, que viven en rebaños, que la labor de los perros pastores es muy importante, que el perro pastor de Erraizabal se llama Xare... “En esta familia, el padre es el carnero, la madre la oveja y los hijos los corderos. A las ovejas, además de extraerles la leche, se les corta la lana”, les explicó.
Como muestra, sacó unas tijeras y cortó un poco de lana. “A nuestras ovejas se les llama latxas porque su lana es áspera (latza, en euskera). Con la lana se pueden hacer muchas cosas: pelucas, calcetines, el chaleco de Olentzero... Previamente, hay que cardar la lana”. Korta hizo una demostración de cardado y les dejó tocar la lana a los niños. “¿Qué pelo es más suave, el vuestro o el de las ovejas?”, les preguntó. Alguno respondió que el de las ovejas es más suave. “¡Pues menudo champú utilizáis!”, bromeó.
También les explicó que, tras cardar la lana, hay que darle muchas vueltas para hacer hilo. “El hilo hecho con lana de oveja es irrompible. Los calcetines de lana son duros de verdad”.
Tras la charla sobre la lana, pasó a hablar de la leche. “¿Sabéis si las ovejas tienen rabo? Lo tienen, pero se les corta cuando son pequeñas para que la leche sea más limpia. Hay que tener en cuenta que las ovejas se ordeñan desde atrás. No como las vacas, que se ordeñan de costado”.
Una vez ordeñada la leche, se echa al kaiku. Korta les enseñó uno. “Tras un largo proceso, se elaboran los quesos. Después, se dejan reposar durante dos meses. Las ovejas, para dar leche, tienen que haber parido corderos. Pero si les quitamos la leche para hacer quesos, ¿cómo se alimentan los corderos? Pues del biberón. ¿Queréis dar el biberón a los corderitos?”. El “¡Siiiiií!” de los niños se escuchó desde Aizkorri.
Antes de pasar al establo, los visitantes dieron buena cuenta de los pintxos de queso y la sidra que les sirvieron Aizpurua y Segurola. Una vez repuestas las fuerzas, fueron al pabellón donde estaban los corderos. Allí les esperaban Juan Joxe Aranguren y su hija Paula. Los niños y sus padres tuvieron ocasión de coger a los corderos en sus brazos y darles el biberón. Se sacaron más fotos que en los safaris de la sabana africana y algún cordero corrió más que una gacela huyendo de un león.
La opinión de los niños Los niños lo pasaron de cine. Eneko Cuerdo Alcántara, Alai Kerejeta López, Julen Michel García y Marina Goñi Almonte, por ejemplo, no pararon. Cuando salieron del establo, se dedicaron a bajar corriendo la empinada cuesta de Erraizabal. Eneko ejerció de portavoz. “El año pasado también vinimos. Me gusta mucho el queso, pero lo que más me gusta de la visita es coger a los corderos en brazos y darles el biberón”.
No paraba de decir que quería llevar un cordero a casa. Estaba tan emocionado, que pasó a pedir una oveja. Su padre, Fernando, le dijo que la iba a meter en su habitación. “Los padres también hemos disfrutado mucho de la visita. El año pasado hizo mal tiempo y no pudimos disfrutar tanto. Este año ha sido una maravilla. Ahora vamos a comer en Legazpi. Hemos reservado mesa en un restaurante”.
Les encantan los planes que organiza la fundación Lenbur para las familias. “Son unos planes muy interesantes para los niños. Ideales para hacer en familia. El año que viene volveremos a los Artzaitxo Egunak. Tripitiremos. También hemos estado en la llegada de Olentzero. Legazpi se ha convertido en Disneyland”.
Un Disneyland didáctico en el que los niños tienen ocasión de meterse en la piel de Heidi y Pedro, sin tener que sufrir al abuelo cascarrabias y a la señorita Rottenmeier. ¡Bastante mejor le hubiera ido a Heidi si hubiera caído en manos de Juan Joxe y Arantza!