-Empecé a trabajar con 15 años, en el bar Eitza. Estuve tres años allí, muy a gusto: joven y con algo de dinero... Enseguida empecé a frecuentar el Tiffany’s, el Laket, el HD... Nosotros tuvimos la suerte de no meternos en la droga. La de gente conocida que ha perdido la vida... Del bar Eitza fui a la empresa Ayma. Allí estuve tres años. Después, Edorta Álvarez de Arkaia cogió el batzoki de Bergara y me fui con él. En 1992 inauguraron el frontón Beloki y desde entonces trabajo aquí.

¿Le gusta su trabajo?

-Sí. Lo malo es el calendario. Trabajo los sábados y domingos y libro el lunes. Me encargo de mantener en buen estado el frontón. Hay que limpiarlo todo: cancha, baños, duchas, cristales... Por otro lado, hay que abrir el frontón cada vez que se organiza un acontecimiento: partidos de pelota, alarde de txistularis, bailes de carnaval... En su día el concurso de buzkantzas se celebraba aquí y también se organizaron festivales de bertsolaris. Si llueve, muchos actos se traen aquí.

¿Es un buen frontón?

-Sí. Es del gusto de mucha gente. El expelotari Beloki está enamorado de este frontón. Siempre que viene me comenta que es muy bonito. El techo es precioso: de madera y curvado.

Por Zumarraga han pasado los mejores pelotaris.

-Todos, excepto Mikel Goñi. Llevaban tiempo peleando para traerlo al memorial Goñi y programaron su debut para cuando iba a venir.

¿El pelotari que mejor recuerdo ha dejado en Zumarraga?

-Los partidos entre Berraondo y Rai eran fantásticos. Rai era un pelotari feo, pero tenía un golpe terrible y era muy duro. Apezetxea también jugó buenos partidos.

¿Quién es su pelotari favorito?

-Me gustaban Irujo y Barriola (tiene sus fotos en el despacho). Barriola ganó un torneo aquí con el zumarragarra Pedro Iturbe. Todavía nos sirve para echarnos unas risas. Ahora me tira Altuna. Lo tiene todo. Es un artista. Un chaval muy majo. Su único fallo es que es del Athletic.

En su familia son muy realistas.

-Soy socio de la Real desde 1999. Suelo ir a los partidos con mi hermano Jesús Mari, Txomin Gartziandia, Juan Mari Aldanondo y Patxi Sánchez. Solemos ir en coche, para poder echar un trago antes y después del partido. Pero los horarios de hoy en día me matan. Soy de la Real por influencia de mi hermano mayor: Jesús Mari. Llegó a jugar en el Sanse y en el Eibar. José Ángel jugó en el Bergara y el Mondra, en Tercera. Era un buen portero. Los dos más jóvenes somos los dos más torpes.

Le gusta mucho el deporte.

-Empecé jugando a pelota y, después, como casi todos los demás, me pasé al fútbol. Era un pelotari del montón. Jugaba con el urretxuarra Txintxurreta, Aitor Gabilondo, Korta, Iraola, David, Goñi... Era zaguero. Jugué algunos campeonatos con mi hermano.

También jugó a fútbol, en el Urola.

-Llegué hasta Preferente. Pusieron a Heras de entrenador y a algunos nos dijo que no valíamos (risas). Nos ofrecieron ir a Ordizia, pero yo no fui. Jugaba de central y de lateral derecho. Era más bien leñero. Los que no éramos muy buenos, teníamos que utilizar otros recursos. Recuerdo que de chavales jugamos una Copa de Gipuzkoa en Lasarte-Oria. Lo dejé con 20 años.