En la última página de esta sección del periódico se les pregunta a los entrevistados por el paisaje de Gipuzkoa que más les gusta. Entre las respuestas más repetidas están la bahía de La Concha, Txindoki, Urbia, el ratón de Getaria, el flysch. Pero... ¿cuál sería su respuesta si se les pidiera que eligieran el paisaje más feo? En todos los pueblos hay sitios preciosos, también horrorosos. He ahí la candidatura de Urretxu y Zumarraga: las entradas a las dos localidades desde Legazpi y Bergara.
En estas dos entradas están los vestigios de un glorioso pasado industrial. Nunca fueron unos lugares bonitos, pero antes por lo menos rebosaban vida y eran fuente de riqueza. Ahora solo quedan un montón de construcciones en desuso: el edificio de oficinas de la prestigiosa fábrica de herramientas Irimo, los pabellones de Sarralde, los colosos de hormigón y chapa de la empresa Esteban Orbegozo...
El ferrocarril A estos lugares tétricos hay que sumarles el ferrocarril, situado entre las fábricas de Urretxu y Zumarraga. Una playa de vías nunca es un lugar idílico. Y menos aún si se deja que crezca la vegetación y se abandona un vagón que chocó contra el tope de la vía.
Si los ayuntamientos de Urretxu y Zumarraga se encontrarán con la lámpara mágica, su primera petición sería regenerar esta zona. Pero no tienen lámpara ni dinero. Solo les queda tirar de imaginación y tocar puertas: para dar alguna utilidad a los pabellones vacíos, para conseguir que alguna empresa se instale en esas parcelas... Por de pronto, en uno de los pabellones de la empresa Sarralde los dos ayuntamientos han habilitado locales de ensayo para los grupos de rock.
Sarralde es de propiedad municipal y el Ayuntamiento va a seguir con su descontaminación. Otra parte de esta zona de Urretxu (la de la empresa Irimo) pertenece a los bancos y en la zona más cercana al pueblo hay varias empresas en funcionamiento. La zona está reservada para actividades económicas y el Ayuntamiento apuesta por generar empleo. Si alguna empresa quisiese instalarse allí, se le darían facilidades.
Zumarraga En el caso de Zumarraga la cosa está más complicada, pues toda la zona pertenece a ArcelorMittal y no tiene intención ni de reiniciar la actividad ni de ceder sus instalaciones.
Parece que las entradas a Urretxu y Zumarraga por la GI-632 y la GI-2632 seguirán siendo bastante lúgubres. Pero, ¿qué opinan los vecinos? Si alguien puede hablar con conocimiento de causa, son los usuarios del bidegorri que conecta Urretxu y Zumarraga con Legazpi. Este bidegorri transcurre junto a la vía y los pabellones y es muy utilizado por los vecinos. De hecho, muchos de ellos lo prefieren al que va de Urretxu y Zumarraga a Azpeitia, a pesar de que este último atraviesa un entorno menos industrializado.
Uno de los vecinos que prefiere el bidegorri Urretxu-Legazpi al que va a Azpeitia es Luis Mari Larrañaga. El domingo por la tarde caminaba a buen ritmo y le hicimos frenar en seco para pedirle que respondiese unas preguntas. “Paseo por el bidegorri tres o cuatro veces a la semana. Siempre vengo al que va de Urretxu a Legazpi. Me parece más adecuado para caminar: en el otro la gente pasea más despacio, va con los niños...”.
Cuestión de gustos No le echa para atrás el que el entorno sea un tanto decadente. “Es una cuestión de estética. Yo siempre digo que hoy en día Bilbao es muy bonito, pero que el Bilbao viejo, industrial y sucio también tenía su encanto. Me parece que la vieja fábrica de Orbegozo tiene su belleza. Quizá sea porque desde niño me he movido en esta zona. Somos del Grupo Legazpi y siempre íbamos hacia Goiko Txabola. Lo que hemos jugado en las escombreras y en los pabellones de Orbegozo... En mi opinión, no es un lugar feo”.
Esperemos que los urretxuarras y zumarragarras no se enfaden por este reportaje. Al fin y al cabo, en todas partes cuecen habas. Y en Eibar y Soraluze, a calderadas. La de veces que han tenido que escuchar los pobres que sus pueblos son muy feos... ¡Mejor feos con encanto que guapos sin gracia! Y los donostiarras que no se rían, por favor. La bahía de La Concha, la Parte Vieja, el puerto... son una maravilla, pero seguro que vosotros también escondéis algún cadáver en el armario.