Zarautz - Daniel Txopitea (Ermua, 1950-Donostia, 1997) fue un gran artista del panorama vasco que, desgraciadamente, falleció a la edad de 47 años. Aunque creció en Eibar se trasladó a Zarautz en 1976, y el Ayuntamiento de Zarautz creó una beca en su honor hace cuatro años para impulsar la creación artística. La cuarta edición ya está en marcha y los artistas que quieran presentar sus proyectos pueden hacerlo hasta el 30 de junio (bases en kulturazarautz.eus). La única hija de Daniel, Ainize, ha hablado sobre la beca y la figura de su padre.
¿Qué significa para usted que haya una beca dedicada a su padre?
-Que hayan creado una beca que lleva el nombre de mi padre para apoyar a creadores me parece una propuesta magnífica. Él ya era de por sí un dinamizador cultural que se interesaba no solo por su trabajo, sino también de rodearse de artistas de diferentes ámbitos. Es una buena causa, ayudar siempre lo es.
¿Por qué animaría a jóvenes artistas a inscribirse en esta beca?
-Animaría a jóvenes o no tan jóvenes. El arte no tiene porqué ceñirse a la edad, ni al género, sino a las buenas ideas. Poder pedir una ayuda para desarrollar un proyecto que tienes entre manos es una oportunidad que no se debería dejar escapar. Se ha contado con miembros del jurado muy interesantes en las ediciones anteriores; por ejemplo, la escultora Dora Salazar, Juan Pablo Huercanos, subdirector del museo Oteiza, el pintor Javier Balda, Keixeta, Aizpea Goenaga, Koldobika Jauregi, la escritora Luisa Etxenike... Pienso que merece sacar a la luz tus propuestas y ordenar tus ideas, y si sales como ganador pues el logro se extiende.
Su padre fue un gran artista que trabajó en el ámbito de la pintura y escultura y también se atrevió con la literatura. Usted ha seguido sus pasos y también es artista.
-El arte lo he vivido desde siempre, me gustaba escribir poesía, desde pequeña pasaba horas haciendo composiciones de collages, pero mi despertar creativo se dio digamos cuando marché a Londres a los 18 años. Más que una decision consciente fue una necesidad que brotó naturalmente en mí. Luego estudié una carrera, comencé a explorar Internet no como uso comunicativo sino de experimentacion, hasta conjugar diferentes técnicas plásticas en torno al lenguaje y la imagen.
¿En qué le ha influenciado la obra de su padre?
-Sobre todo en la aplicación del mundo imaginario en la obra. Aunque la influencia quizá está, he tenido otros referentes también, se puede ver una diferencia notable en nuestras líneas estéticas.
Si su padre no fuese Daniel Txopitea, ¿cree que sería artista?
-La educación que recibes te marca, pero lo importante es saber quién eres sea la vocación que elijas o al trabajo al que te dedicas. En cualquier caso, estoy muy agradecida por haberme inculcado una manera sensible de ver y sentir la vida.
¿Cómo recuerda a su padre?
-Parecía serio pero tenia un gran sentido del humor. Las personas que le conocieron se me siguen acercando para contarme anécdotas. Echo de menos su presencia y no soy la única. Era una hombre carismático que trascendía.
¿Cree que su obra perdura en el tiempo y que los jóvenes artistas conocen su figura?
-Deberían. Pero no solo a mi padre sino a los fantásticos artistas que ha dado Euskal Herria. En sus obras están de algún modo también escritas la historia de este país, en unos momentos difíciles, más difíciles que ahora incluso. Conocer nuestro legado es evolucionar en el tiempo para contribuir con mayor riqueza. Por eso me parece importante esta beca. En su época no había escuelas de arte, y poder formarte o contar con una beca de apoyo a la creación es algo positivo.
¿Qué proyecto tiene ahora entre manos?
-De momento, viajo a Paris a final de mes para hacer una expo alli.
¿Cuál es su ambición artística?
-No me describiría como ambiciosa pero me gusta cumplir sueños. Quiero mostrar en sitios interesantes, viajar, y seguir creciendo como persona e intelectualmente.
Tu txoko favorito guipuzcoano. Tengo muchos... pero si tengo que decir uno diré Getaria, me encanta.
Un paisaje idílico. Una ciudad cerca de la montaña y el mar.
Un monte. El monte Kalamua, situado justo en el límite entre Bizkaia y Gipuzkoa, porque allí fue donde aventamos las cenizas de mi padre.
Una playa. Todas tienen una carga energética increible.
Un evento o celebración especial. El Dia Internacional de la Paz Mundial.