Medio siglo mimando la música coral. Con las gargantas bien afinadas y compartiendo afición por el canto. Los miembros de Oñati abesbatza están de cumpleaños. La formación en la que militan ha alcanzado sus cinco décadas de andadura, pudiendo presumir, por méritos propios, de haber vencido al paso del tiempo y, además, “con buena salud”, afirma su presidente, Carlos Olalde.

“En los años 60 del siglo pasado, Oñati era un hervidero de iniciativas culturales, entre las que se distingue la asociación Oñatz, base de la gente que compondrá el futuro Oñati abesbatza. En la misma época, y dirigido por el malogrado José María Arzuaga, destacó el otxote Irrintzi y algunas grabaciones y conciertos para los que se movió gente que en el año 1966 se agrupó en torno a Oñati abesbatza, bajo la dirección de Patxi Anduaga”, explica el historiador y antropólogo, José Antonio Azpiazu, que es, a su vez, uno de los integrantes de la coral. Azpiazu se está encargando de dar “forma literaria” al copioso material que ha recopilado Xabier Ugarte, otras de las voces de la agrupación, y que fundamenta el libro que verá la luz en el marco del 50º aniversario. La traducción al euskera la asume Pablo Anduaga.

A los pocos meses de su constitución, Patxi Anduaga fue destinado a Nueva York y su relevo lo cogió el también agustino Imanol Murua. “El coro le debe mucho a Imanol. Ha trabajado mucho por él”, remarca Loli Ordoki, otro de los puntales del grupo. Forma parte de él desde su fundación -antes cantó en la coral Oñati que dirigió José María Arzuaga-, y sucedió a Murua en la dirección (entre ambos suman 48 años a la batuta).

A lo largo de este medio siglo de vida, merecen resaltarse algunas actuaciones memorables. “Presentamos por primera vez en versión concierto, la primera ópera vasca de la historia El borracho burlado (fue en 1981 con el tolosarra Javier Bello Portu al frente)”, rememora Ordoki, una de las artífices del poderío vocal txantxikuarra. Sigue en las filas de Oñati abesbatza, pero hace más de un año que cedió la dirección a Mirengu Plazaola, que afrontó el reto con “mucha ilusión”. “Nada más llegar nos embarcamos en el proyecto del Réquiem de Fauré, que fue duro. Con los días se han ido habituando a mi manera de trabajar; estoy encantada”, asegura sonriente.

Las obras del célebre compositor oñatiarra Aita Madina han sido el principal eje musical de los recitales de Oñati abesbatza en estos años. “El Poema Sinfónico Arantzazu constituye uno de los motores de sus conciertos, acompañado por diferentes orquestas, una de ellas en Barcelona donde grabaron un disco en 1985”, recuerda Azpiazu.

El Orfeón Donostiarra, la coral Manuel Iradier de Gasteiz, así como insignes solistas como el famoso arpista donostiarra, Nicanor Zabaleta, han tomado parte en los eventos musicales organizados por la agrupación vocal oñatiarra, que en la década de los 70 cantó en el Certamen de Coros de Tolosa, y que, asimismo, tiene en su currículum un buen número de discos. En los últimos años ha empastado sus voces con las del Orfeón Bergarés para interpretar los Réquiem de Mozart, de Fauré y a otros autores clásicos como Bach y Vivaldi.

En la actualidad 38 voces integran este veterano coro mixto fundado en abril de 1966. “Si conseguimos rejuvenecerlo, en lo que a media de edad se refiere, y mantener el equilibrio entre hombres y mujeres, será bueno de cara al futuro”, defiende Olalde.

los actos conmemorativos No todos los días se cumplen 50 años. El programa de las bodas de oro -se ha aprovechado la efemérides para estrenar logotipo-, se descorchó el pasado 9 de abril con el recital que tuvo como invitada a la asociación coral zaragozana Belchite. Los oñatiarras les devolverán la visita el 22 y 23 de octubre. En el apartado de intercambios, el 28 de mayo Oñati abesbatza se desplazará a Donostia para cantar con la coral de ciegos de la Once, que actuará el 27 de noviembre en las Jornadas Musicales oñatiarras.

El plazo fuerte, no obstante, tendrá lugar el 4 de junio en Santa Ana an-tzokia con el concierto aniversario que ofrecerá cuatro de las nueve piezas del Poema Sinfónico Arantzazu, una de las obras talismán del coro. “Queríamos hacer algo especial y vamos a contar con gente que integró la coral y se ha hecho un nombre, como Esteban Urzelai (subdirector del Orfeón Donostiarra y director del Orfeoi Txiki), y Aitor Biain (director de Ganbara abesbatza y otras formaciones). Estos compartirán dirección ese día con Murua, Ordoki y Plazaola acompañados al órgano por Esteban Irusta”, detalla Olalde. Sonarán otras composiciones de Madina como el Aita Gurea o Agur María, además de Lacrimosa de Mozart, entre otras.

Desde finales de mayo y durante dos semanas también montarán una exposición en kultur etxea con fotos, partituras, vídeos y carteles, en cuya inauguración se presentará el libro.

Muchos de los integrantes llevan décadas en el coro. Otros algo menos. Pero todos configuran una gran familia que forma parte de estos 50 años de historia. Oñati abesbatza sigue al pie del cañón.