La arriada más europea de todas las celebraciones de San Sebastián concluyó a medianoche de ayer con un ambiente inmejorable y la bandera europea sobre el estrado, tras la interpretación del Himno de Europa. La tamborrada de la Unión Artesana se encargó de acompañar con tambores y barriles la sinfonía de Beethoven -que volvió a recibir algunos pitos,- así como la Marcha de San Sebastián. Antes de la medianoche, la Artesana, con el acompañamiento de la Banda de Música de Irun, ya había calentado motores para el final de la fiesta, con algunas de las composiones de Sarriegi, que protagonizaron toda la jornada de San Sebastián desde la Izada, 24 horas antes.
La fiesta contó, además, con la colaboración de 40 voces del coro Easo, que se encargaron de realzar el espectáculo, en el que el repertorio se enriqueció, como es habitual, con el himno de la Real, Aupa Gizona, Cosacos del Cazan y otras animosas músicas que ponen la chispa final al Día de San Sebastián.
La Arriada de bandera por parte del alcalde, Eneko Goia, dio por finalizadas las 24 horas de San Sebastián, que han servido esta vez para dar el pistoletazo de salida al año de Capitalidad Europea de Donostia, compartida con la ciudad polaca de Wroclaw. En el interior de la vieja casa consistorial, no solo autoridades, sino también algunos cabezudos, hicieron acto de presencia en el balcón, mientras el público de la plaza se desplazaba bailando de lado a lado, manteniendo la alegría.
Tras hacer descender la enseña txuri-urdin del balcón de la plaza de la Constitución, los representantes de las siete zonas de la Tamborrada de la ciudad subieron al estrado y devolvieron los otros tantos tambores que han servido de testigo de la Capitalidad Europea durante las 24 horas de la fiesta patronal. Posteriormente, siguió la música, los tambores y los bailes a cargo de Goizaldi.