La comisión de vecinos en defensa del parque de Berio presentó el pasado viernes en el Ayuntamiento de Donostia las más de 525 firmas recogidas en las últimas semanas entre los residentes en el barrio para defender el mantenimiento de la zona de estancia y mostrar su rechazo a convertirla en un campo de fútbol reglamentario, de las mismas características que el existente en las inmediaciones. La petición por escrito es una más de las acciones emprendidas por los vecinos de las 600 viviendas de la zona, que se han reunido en los últimos tiempos con la concejalía de Deportes y lo harán próximamente con la de Urbanismo para solicitar que no se ejecute el plan, que borraría del mapa el parque que utilizan.

La solicitud del club deportivo Antiguoko para crear una cancha de fútbol 11 en el lugar actualmente ocupado por el parque de estancia y por un campo de fútbol 7 es rechazada por la práctica totalidad de los residentes en la zona, según explicó a este diario Juan González de Suso, uno de los cuatro integrantes de la comisión creada precisamente para pelear en contra del nuevo equipamiento deportivo que, según la opinión de estos vecinos, restaría “el único espacio de encuentro y de parque que existe en el barrio”.

Según explica el portavoz, la vecindad se enteró “por casualidad” de que el club deportivo, que gestiona las dos instalaciones de la zona, había solicitado permiso al Ayuntamiento para crear la nueva cancha en el mismo lugar donde, hasta el año 1997, hubo otro campo de gravilla provisional, que fue anulado después de que se construyese el nuevo de once jugadores.

El espacio del campo de gravilla fue sustituido por otro campo pequeño y por la zona de estancia, con caminos en forma de hélice, que son su principal característica estética.

En esta ocasión, según ha sabido la comisión, el club deportivo Antiguoko ha ofrecido al Ayuntamiento pagar la construcción del campo a cambio de que se le ceda su uso. De este modo, el Antiguoko podría utilizar dos grandes infraestructuras, en lugar de una grande y una pequeña (que es la que desaparecería). Por ahora, el Consistorio ha visto con buenos ojos la propuesta, aunque no ha tomado aún una decisión definitiva.

“Cuando se creó el parque también hubo una reclamación vecinal para que se retirase el campo provisional de gravilla, que estaba a siete metros de algunas de las casas del barrio, como podría suceder de nuevo”, se queja González de Suso. “No estamos en contra de los campos de fútbol pero ya hay dos, que funcionan con los focos encendidos hasta las 11.00 de la noche, y creemos que ya es suficiente”.

“Es el único punto de encuentro”

El parque se habilitó hace 18 años en una parcela catalogada como equipamiento comunitario y es un espacio de estancia y comunicación entre los vecinos. Las familias con niños la eligen para sus juegos y los dueños de los perros, para sus paseos, añade el portavoz vecinal, que recalca: “Es el único punto de encuentro”.

Además, se encuentra muy cerca de los 64 apartamentos tutelados de Etxegintza, por lo que es un entorno muy frecuentado por las personas mayores que allí viven. También disfrutan del espacio con regularidad los usuarios de la Fundación Goyeneche y de Aspace, así como sus familias.

La zona verde tiene praderas y distintas clases de árboles, como cerezos, manzanos silvestres, sauces caprinos, cipreses, mimosas, acacias y un roble. Los especialistas también han detectado la presencia de más de 40 especies distintas de aves, además de erizos.