donostia - El parking de la plaza de Cataluña, en Gros, acogerá en el futuro un estacionamiento para bicicletas en su primera planta. El precio por utilizarlo será de diez euros al mes, según la tarifa propuesta. La junta de Gobierno prevista para hoy en el Consistorio prevé aprobar la modificación de algunos puntos de la concesión del parking a la empresa Aparcamientos Guipuzcoanos SL, con el fin de autorizar la inclusión del aparcamiento para bicicletas, que tendrá espacio para entre 29 y 99 vehículos de dos ruedas.

El Ayuntamiento justifica la modificación de la concesión en la necesidad de “ampliar la oferta de aparcamiento seguro para bicicletas”. Estas infraestructuras, según señala el Gobierno municipal en su dictamen, sirven para “fomentar el desarrollo de la cultura de la bicicleta y una movilidad sostenible”. Asimismo, añade que “evita el aparcamiento de la bicicleta en sitios no habilitados expresamente para ese uso, con los inconvenientes que produce de interrumpir el espacio peatonal, afección al arbolado o a mobiliario urbano no adecuado para ese fin”.

Las plazas para bicicletas se habilitarán en la primera planta en un espacio correspondientes a nueve espacios para turismos. Tres de ellos están actualmente utilizados por la empresa concesionaria del parking, que tiene instalado un espacio para bicis. Los otros seis están sin uso.

un centenar de plazas libres De hecho, el aparcamiento de la plaza de Cataluña tiene numerosas plazas libres ya que, como sucedió en el de la plaza de Cervantes, la previsión municipal no se cumplió y en ambos sobraron plazas tras su reconstrucción. Hace tres años, el aparcamiento de la plaza de Cataluña contaba aún con un centenar de plazas sin vender, del total de 382 sin adjudicatario repartidas en toda la ciudad. El estacionamiento de Cervantes, junto a La Concha, por su parte, contaba con 150 espacios por 50 años sin titular asignado.

En la pasada legislatura, la Corporación donostiarra aprobó un cambio en las condiciones para adquirir una plaza en el parking de La Concha. De hecho se abrió la mano a quienes no fuesen residentes, con el fin de que cualquier interesado pudiese comprar una plaza. Sin embargo, la fórmula no se amplió al de la plaza de Cataluña, que sigue en estudio.