2 f Ainara Lozano

zarautz - ¿Cuándo comenzó a tocar la batería?

-Cuando era pequeño vivía en Zestoa y vinimos a Zarautz cuando cumplí tres años. Todo comenzó porque el aita era batería y siempre tenía algún concierto o ensayo. En Zestoa tenía el grupo Mini Leok y luego formaron Luma y más tarde Ekain. Tocaba en verbenas, en bodas... andaba metido en mil historias. Me llevaba a los conciertos y ensayos y comencé a salsear con tres años. Me regalaron una batería de juguete y, ¡se formó el jaleo!(risas).

Y decidió estudiar en serio...

-Sí. En Zarautz comencé a estudiar en la escuela de música con Karmelo Mendizabal y luego he seguido cambiando de escuelas y profesores. Ha sido un proceso largo y ahora estoy en Musikene.

Tenía claro que sería la batería. ¿Por qué?

-Lo he tenía bastante claro porque lo he mamado desde crío. Jugaba a fútbol y salía con los amigos pero me gustaba dedicarle tiempo a la batería y sin darme cuenta ya estaba metido en el ajo. Es una buena terapia porque descargas, haces deporte y desconectas. Es un instrumento que requiere coordinación y es muy completo. Ahora estoy estudiando piano y el bajo y también disfruto pero mi pasión es la batería.

¿Te has dedicado a enseñar?

-Sí, tuve una temporada que cogí bastante en serio lo de las clases porque también me gusta enseñar. Pero ya que había estado en Lazkao y otros lugares dando clases vi que me pedían una titulación para ser profesor y por eso me metí en Musikene. Comencé hace dos años y estoy muy contento. Es duro pero estoy aprendiendo mucho.

Y, ¿cómo se compagina eso con tocar en cien mil grupos?

-(Risas) Coordinando la agenda como loco todos los días para que no me coincidan cosas. Los grupos fijos han sido Skasti, Gozategi (desde los 16 años) y Buffalo y también he colaborado con Seiren, Aerosol (con Iñigo Lurgain) y Julio Andrade, con el que me juntaba en el Jazzaldia de Donostia. Asimismo, me he juntado con grupos para grabar algo en concreto. Pero al final no puedes llegar a todo y Skasti lo he dejado hace poco.

Le vi en el concierto de Benito Lertxundi en Hondarribia y pensé: ‘¿Aquí también está él?'.

-Sí, comencé en julio del año pasado a tocar con él. Y su mujer, Olatz Zugasti nos comentó que quería retomar su proyecto y nos ha pasado unos temas a los miembros de Buffalo, Ander y Joanes Ederra y a mí. Nos preguntó si estábamos dispuestos a tocar con ella y le dijimos que sí. El jueves estuvimos en Iruñea y después de verano ofreceremos algún que otro concierto.

Siempre ha sido el más joven. También en el Seminario de Jazz de Zarautz...

-Tenía solo ocho años y a la gente le llamaba la atención verme tocar. Era el enano. Además, desde los doce a los 16 años participé en el Jazzaldia de Donostia. Allí estuve con grandes músicos como Víctor De Diego, Julio Andrade, Diego Álvarez, José Luis Canal, Daniel Amat...

Gozategi, Buffalo, Benito Lertxundi... son grupos muy diferentes. ¿Qué le aporta cada uno?

-Buffalo es el proyecto más personal y más libre. Cuando ensayamos según vamos tocando van saliendo las cosas y es donde desconectamos del resto de grupos, donde todo está más medido. Con Benito y Gozategi todo está más estructurado. Con Gozategi tocamos con claqueta, es mucho más mecánico, bastante diferente. Con Benito ha sido algo novedoso porque hasta ahora no habían tenido batería. Me toca estar atento y seguirle.

¿Qué tal ha sido recibido el nuevo disco de Buffalo ‘Zinematik'?

-Está siendo un éxito y estamos muy contentos. En el concierto de presentación de Modelo aretoa se acercó mucha gente y vendimos muchos discos. Ahora estamos mirando para poder dar conciertos. Es complicado, porque no es una música muy comercial, pero están saliendo cosas. Hoy estaremos en el Green Bay American pub de Vitoria a las 19.30 horas y el próximo 10 de julio tocaremos en el ciclo de música Kalegorrian Iñurritza de Zarautz. En Vitoria se nos podrá escuchar en el Festival de Jazz.