Adiós a la pócima mágica
El domingo cerró sus puertas el bar Bikale de Beasain, famoso en todo el goierri por sus vermut y por tener entrada por dos calles distintas
El domingo cerró sus puertas uno de los bares más emblemáticos del Goierri: el Bikale de Beasain. Este establecimiento se distinguía por sus vermut y por tener entrada por dos calles distintas. Los cocktail y los pintxos del Bikale eran también muy apreciados, pero un dato basta para hacerse a la idea de la excelencia de sus vermut: un comercial de la empresa Irizar le comentó al propietario que después de un par de vermut en el Bikale, sus clientes firmaban todo lo que les ponían delante. Los vendedores de Goierri se han quedado, pues, sin su pócima mágica.
El Bikale está situado en un edificio centenario que da a las calles José Miguel Iturriotz y José Martín Arana. Al establecimiento se puede entrar por las dos calles. Tuvo varios propietarios, hasta que en 1966 lo cogió el matrimonio formado por Iñaki Aranburu y María Jesús Orbegozo. Estos últimos años lo ha regentado su hijo Antton. Tienen una renta antigua y van a perder los derechos con los que han contado hasta ahora, por lo que han decidido cerrar el bar. Aranburu lleva toda la vida en él, pero dice estar mentalizado para el cierre. “Tengo ganas de empezar otra vida. Hace unos años estudié Desarrollo de Proyectos Mecánicos, pero ha pasado bastante tiempo desde entonces y me imagino que tendré que emplearme en la hostelería. Me gustaría tener un horario mejor que hasta ahora, pero no sé si será posible”. Recuerda con cariño los tiempos en los que sus padres regentaban el establecimiento. “Al mediodía venían los trabajadores de las fábricas de txikiteo, después de comer servíamos cafés y copas, por la tarde también venían de txikiteo...”.
De noche Hasta hace unos diez años también abrían de noche. “Hacíamos sorteos, servíamos jarras de cocktails de colores... Además, éramos el único bar de Goierri especializado en vermut. Teníamos unas doce variedades y otras tantas de pintxos”.
El vermut era muy apreciado. No solo por los domingueros, también por los comerciales de las empresas. “Cuando venía algún cliente, antes de llevarle a comer, le traían a nuestro bar. Un comercial de Irizar me dijo que éramos un chollo, porque después pasar por nuestro bar firmaban todo lo que les ponían delante. Los de CAF incluso nos regalaron un certificado de calidad”. El vermut más apreciado es el llamado Frutas. Lleva zumo de limón, triple seco de Cointreau, lima, licor de banana y vermut blanco. “Mi padre lo llamó Frutas en honor al de Frutas Barandiaran, que era un gran cliente”.
Después de beberse un par de ellos, los clientes corrían peligro de confundirse de puerta y no salir a la calle por la que habían entrado. Las dos puertas del Bikale también han dado mucho juego durante estos últimos 48 años. “En cierta ocasión, durante las fiestas de la calle Arana, una vaquilla entró por una puerta y salió por la otra. Otra vez, un vecino metió un burro. Mi padre es bastante serio y se le enfadó. Iñaki que no es cualquier burro: es el que ha ganado la carrera de fiestas, le respondió el vecino. En otra ocasión, en la época de la heroína, un vecino vino en taxi desde Irun y le dijo al taxista que era el hijo del Bikale y que esperara fuera. El cliente no salía y el taxista decidió entrar. Le preguntó a mi padre a ver dónde estaba su hijo y este le respondió que en la escuela: el cliente se había escapado por la otra puerta”.