legazpi - ¿Qué es Leaxpi industri paisaiak?

-Leaxpi industri paisaiak es el proyecto más grande que he sacado adelante hasta ahora. Salió de las tripas. Hay que tener en cuenta que detrás de esto hay muchas cosas: la relación histórica de Legazpi con el hierro, los recuerdos de mi infancia... Mi abuelo trabajó en Patricio Echeverría y de niño me llevaba a la fábrica.

¿Cuánto tiempo dedicó a este trabajo?

-Entré en la fábrica de Patricio Echeverría en 1991. Me costó mucho. Previamente, había sacado muchas fotos desde el exterior. Empecé en la fotografía en 1985 y en los carretes de aquella época aparece ya la fábrica. Despertaba mi interés y era un trabajo que había que hacer. Alguien tenía que fotografiar la fábrica que ha marcado la historia de Legazpi. Este pueblo es lo que es por influencia de la fábrica. A comienzos del siglo XX no había más que cuatro caseríos y Patricio montó una empresa enorme. Tenía todo el pueblo a sus pies. Era un sistema feudal. Como bien dice Ignacio Arbide, en Legazpi ha habido tres épocas relacionadas con el hierro: la de las ferrerías de monte, la de las ferrerías de agua y la de Patricio.

La fábrica pasó a distintas manos después poco después de que sacara las fotografías.

-En 1992 entré por segunda vez en la fábrica. Aquel mismo año, desapareció Patricio Echeverría S.A. y se fundó Corporación Patricio Echeverría. Después, llegaron Gerdau, GKN y los demás. Me pilló el final de la tercera edad de hierro de Legazpi. En aquella época no me di cuenta de ello. En este valle ya no se funde hierro y es algo que se hacía desde hace siglos. Dejó de hacerse hace dos años, cuando Gerdau cerró la fundición y envió a los trabajadores a Basauri.

Afortunadamente, quedará registrado en el libro ‘Leaxpi industri paisaiak’. ¿De quién fue la idea de publicar un libro?

-A los de la asociación Burdinola les gustó mucho el catálogo de una exposición de retratos que monté con Oskar Pereira. Me propusieron hacer algo con eso y les dije que prefería hacer algo relacionado con Leaxpi industri paisaiak. No en vano, tiene una relación más estrecha con la actividad de Burdinola y, además, siempre he tenido en mente publicar un libro con estas fotos. He dedicado año y medio a dar forma al libro y Burdinola también lo ha dado todo.

¿Qué dice del contenido del libro?

-En 1991 y 1992 saqué cerca de 1.500 fotos en el interior de la fábrica. En el libro también he incluido fotografías sacadas durante los años anteriores, imágenes de las viviendas de los trabajadores, de mis rincones favoritos... ¡En 2004 incluso alquilamos una avioneta para sacar fotos aéreas! En el libro se refleja la evolución tecnológica y mi propia evolución.

Las fábricas también han cambiado mucho.

- Así es. A gusto entraría en Corporación Patricio Echeverría o en Gerdau, pero hoy en día es incluso más difícil que hace dos décadas.

Son lugares fotogénicos.

- La historia de Euskal Herria está unida al hierro. Son muchos los fotógrafos que han prestado atención a este tema: Carlos Cánovas, Patxi Cobo, Roberto Botija, José Ronco, Aitor Ortiz, José Luis Ramírez... Gracias a Leaxpi industri paisaiak les he podido conocer a todos. A Ramírez le cambié una foto mía por una de la entrada de Legazpi que sacó en 1975.

Queda pendiente retratar los paisajes industriales de Zumarraga y Urretxu.

- Así es. De todos modos, la empresa que despierta mi interés es CAF. Me imagino que ellos tendrán fotografías, pero serán de corte publicitario. No creo que nadie haya hecho nada similar a Leaxpi industri paisaiak en CAF.

¿Qué piensa cuando ve la escasa actividad existente en Gerdau?

- Me entristece. ¿Qué se va a hacer con esas instalaciones? En la calle se habla mucho sobre ello. No tiene fácil solución. La fábrica de Legazpi es una entre muchas para Gerdau. Si no van a volver a ponerla en marcha, la parcela debería pasar a manos del pueblo.