Gran parte de los dueños de perros y de los paseantes que frecuentan el parque de Cristina Enea comparten el rechazo que los grupos de la oposición mostraron el lunes a la propuesta planteada por el Gobierno de Bildu en el Ayuntamiento de Donostia, que consistía en vetar la entrada de los canes a los parques históricos como Aiete, Miramar y el mencionado Cristina Enea. Así era hasta hace dos años y medio, cuando se modificó la Ordenanza de Civismo con el objetivo de autorizar este y otros asuntos referentes a los animales de compañía.
Finalmente, no se llevará a cabo el cambio deseado por el Gobierno de Bildu y los perros seguirán disfrutando de estos espacios verdes dentro la ciudad, siempre y cuando vayan atados. Es en este detalle donde coinciden todos los paseantes con los que tuvo la oportunidad de charlar ayer este diario: "Si los perros van atados no hay peligro ni para los pavos reales ni para los niños, lo que es más importante".
Según defendió el lunes sin éxito la concejala de Infraestructuras, Nora Galparsoro, la presencia de los canes es incompatible con la de los pavos reales, vayan sujetos o no, ya que las aves galliformes huyen también cuando los perros circulan con correa. La edil donostiarra subrayó que estas huidas de Cristina Enea por parte de los pavos reales a causa de los perros han provocado incidentes en el colegio de Mundaiz y en alguna carretera cercana al parque.
Pese a ello, muchos de los donostiarras que caminan por este espacio verde creen que esta situación también se producía cuando el acceso a los jardines de Cristina Enea estaba restringido para los canes. Afirman que era habitual, tal y como lo es ahora, ver a pavos reales por los alrededores del parque.
Luis Larrea, un vecino de Egia, cuenta cómo una pareja de estas aves se coló en el patio de su casa y opina que "los niños les pueden asustar tanto o más que los perros". Algo que comparte Francisca Anduaga, acompañada por su caniche, quien fue testigo del maltrato que sufrió un cisne por parte de unos chavales. Esta donostiarra insiste en que "los días festivos los niños se acercan mucho a los pavos" y critica que algunos padres no son conscientes de que esta actitud puede resultar peligrosa.
Más quejas
"Mas peligrosas que los perros son las bicicletas que andan por el parque a mucha velocidad", asegura Nieves Blanco, quien fue sorprendida el pasado fin de semana por una de ellas mientras caminaba junto a su nieto. Y es que andar sobre dos ruedas por Cristina Enea está prohibido, salvo por el camino que va a la pasarela Gladys del Estal. De hecho, algún paseante comparó a las pocas personas que se bajan de la bici para atravesar el parque con los dueños que llevan atadas a sus mascotas.
Javier Álvarez insiste en este asunto. Para él, los ciudadanos que acostumbran a trasladarse en bici deberían respetar la norma que impide circular en este vehículo. "Hay que respetar lo que está legislado", apunta. "Y lo mismo para los perros, si los dueños son responsables y los pasean por el recinto con correa, no debería haber ningún problema", asegura mientras otra ciudadana camina por una senda del parque con su cocker, al que siempre lleva atado. "Los espacios verdes son necesarios en la ciudad para que los perros se desfoguen", recalca esta vecina. Otros propietarios de perros van más allá y creen que sería posible que el mejor amigo del hombre caminara suelto por el parque a última hora del día, cuando los animales no domésticos duermen en sus casetas.