donostia. Convertir el convento de San Bartolomé en un hotel, trasladar las viviendas previstas en él a un nuevo edificio en la zona de la Casa de Baños, derribar Villa Zerutxo y crear un gran parque público en el cerro con un amplio mirador en la zona alta, con plantas comerciales bajo la ladera. Es la propuesta que presentó ayer el Gobierno municipal para culminar la reconstrucción del cerro y que, para poder materializarse, precisa de una modificación del Plan General de Ordenación Urbana, lo que significa que requerirá del apoyo de los grupos de la oposición para iniciar su andadura.

El alcalde, Juan Karlos Izagirre, se mostró ayer optimista a este respecto: "El proyecto necesita mayorías pero creo que va a suscitar unanimidades". En su opinión, con esta propuesta se desbloquea la transformación de esta zona de San Bartolomé y se respeta la sentencia del Tribunal Supremo sobre la protección del cerro. Además, el alcalde destacó que se gana un gran espacio público para la ciudad, se garantiza la accesibilidad y se descubrirá una nueva postal de la ciudad desde el mirador junto al convento, además de incrementar el suelo destinado a usos terciarios.

Hasta el momento la solución prevista para esta zona situada entre las calles Easo y San Bartolomé implicaba el acondicionamiento de viviendas en el interior del convento, pero según explicó ayer en la presentación del proyecto el concejal de Urbanismo, Ricardo Burutaran, la protección de este inmueble "no era compatible" con esta propuesta. En cambio, un hotel encaja mejor con la estructura y la fachada de la edificación. Concretamente, se trataría de un establecimiento de unas 100 habitaciones repartidas en unos 7.000 metros cuadrados.

Además, la posibilidad de utilizar el convento como hotel repercutiría en mayores beneficios económicos y facilitaría así la operación urbanística de San Bartolomé Muinoa, la sociedad encargada de la transformación de todo el entorno del cerro (que ya está en marcha) y de la cual forma parte el Ayuntamiento.

El nuevo edificio que albergaría unas 28 viviendas de las previstas en el convento se levantaría en la esquina de la Casa de Baños, un edificio que se reformaría dado que su estado actual no es bueno y al que se le daría un uso comunitario, aunque se tendría que trasladar unos metros.

ocho plantas soterradas Por lo demás, el arquitecto Josu Iriondo, del estudio Arkilan que ha diseñado esta propuesta urbanística, explicó que bajo la ladera del cerro se construirían cuatro plantas de aparcamientos. Además, sobre ellas y aprovechando el desnivel del cerro, se vaciaría el interior para acondicionar cuatro plantas más escalonadas para usos terciarios que asomarían por la ladera. Esa nueva superficie comercial, de un total de 3.600 metros cuadrados, sería "un nuevo punto de atracción" para los ciudadanos.

Para construir estas plantas y el gran parque que se habilitará sobre ellas, Iriondo explicó que "se limará" el montículo del cerro, con intención de "limpiar" la vista entre la calle y el convento e integrar ambos. De ahí que se haya optado por eliminar Villa Zerutxo, un edificio que, según Burutaran, obstaculiza esa integración.

la segunda fase El Gobierno municipal plantea este proyecto a medio plazo, ya que para poder empezar a materializarse requerirá una modificación del PGOU que podría demorarse un año y medio. Mientras, de todos modos, el gerente de San Bartolomé Muinoa, Martín Arregi, explicó que la reordenación del barrio continuará al ritmo previsto: la primera fase ya ha finalizado con la creación de 135 pisos y 200 garajes. 90 de esas viviendas están destinadas a realojos.

La segunda fase arrancará con el derribo de los edificios de los números 4 y 6 de la calle Arroka durante las próximas navidades. Con esta demolición se creará la calle Estella-Lizarra que vertebrará el barrio.