Donostia La última discusión ha sido a cuenta del sistema elegido por la institución foral para votar por correo. Una fórmula, basada en la identificación del votante a través de un código de barras impreso en el sobre y que genera gran desconfianza en los grupos políticos de la oposición en el Ayuntamiento de Donostia, ya que insisten en que "cualquiera puede ir y echar el sobre al buzón", por lo que la consulta sobre la desanexión de Igeldo carecerá, a su juicio, de "garantías".

¿Qué validez tendrá el resultado de la consulta si además de no ser vinculante, se ponen en duda las garantías necesarias de la votación?

Puedes poner políticamente en duda el sistema de voto por correo, pero jurídicamente, legalmente y técnicamente, no. Los servicios jurídicos de la Diputación le han dado el visto bueno. Hay que diferenciar entre el voto por correo en unas elecciones y en una consulta. En esta última, Correos como institución no entra. Nosotros no hemos tomado parte a la hora de elegir el sistema de votación por correo, pero sí podemos asegurar que el voto no puede duplicarse. Cada persona de Igeldo ha recibido un sobre con un código de barras para identificar al votante por correo.

¿A qué atribuyen entonces esas denuncias o desconfianza por parte de algunos grupos políticos de Donostia?

Yo creo que son intereses políticos. Se trata de una pugna política entre partidos. Herri Kontseilua tiene claro que no entra en ese debate político. Puedes estar de acuerdo o no con la composición política del Gobierno de la Diputación foral, para eso son las votaciones, pero hay que respetar sus decisiones ya que es la competente en esta materia.

En las asambleas que están celebrando en Igeldo, ¿han participado personas que no están a favor de la desanexión? Lo digo porque parece que solo se habla de las ventajas, pero no hay una campaña sobre las desventajas que puede tener la segregación del municipio de Donostia.

En las reuniones y en Igeldo hay vecinos a favor y en contra de la desanexión. Herri Kontseilua no ha dicho ni sí ni no, no ha dicho que quiere ser pueblo. Lo que echamos en falta es que no haya, como puede ser Itxas Aurre, la promotora o el grupo organizado a favor, un ente o una referencia de la opinión contraria. No existe. Hay personas que no apoyan la desanexión pero no están organizadas.

Los que no han participado en la reunión que organizó la Diputación fueron los grupos políticos del Ayuntamiento de Donostia.

Nos habría gustado que aquel día hubiesen aparecido los partidos para debatir opiniones muy diferentes. Habría sido interesante, pero no vinieron. No le hemos dado más vueltas.

En la consulta del día 10 podrán votar menores de edad a partir de los 16 años. ¿Planteó Herri Kontseilua ampliar la edad mínima para votar?

Sí, lo planteamos porque en procesos participativos a nivel europeo esa es la tendencia, que tomen parte también las personas a partir de los 16 años. Lo discutimos, vimos los pros y los contras y los técnicos de la Diputación lo compartieron. Se planteó y la Diputación decidió. Siempre es la que tiene la última palabra en este proceso, es la que tiene la capacidad de decisión.

Algunas voces apuntan a que se pretende 'inflar' el número de votos a favor de la desanexión.

Nosotros no sabíamos, ni en este momento sabemos, cuántos más van a votar ni quiénes son los que van a votar.

¿Si esta consulta no es vinculante, qué problema hay en que se consulte también al resto de donostiarras sobre la desanexión?

No hay ningún problema. Simplemente el sujeto de esta consulta es la población de Igeldo. Está clarísimo.

"¿Quieres que Igeldo sea municipio?". Esa es la pregunta de la consulta. ¿Fue también Herri Kontseilua quien propuso este enunciado concreto?

Fue algo compartido. Se barajó con la Diputación diferentes posibilidades. Lo que sí teníamos claro y así lo planteamos es que la pregunta tenía que ser simple, entendible y lo más clara posible. A partir de ahí, analizamos cómo podía ser el enunciado de la cuestión. Consideramos que tenía estar muy enfocada y tener una sola línea. Entonces se plantearon varios enunciados como, por ejemplo, Udalerria izatea nahi duzu? o Nahi duzu udal propio izatea?

¿Por qué no se utilizó el mismo modelo de pregunta utilizado en la consulta de 1994 que ofrecía tres posibilidades: descentralización, desanexión y quedarse igual?

Se plantearon muchas dudas. Nos preguntamos qué opciones reales había sobre la mesa y llegamos a la conclusión de que solo dos: seguir como barrio o la desanexión. Respecto a esta última, fue la Diputación, competente en esta materia, la que nos planteó que si hacíamos un proceso participativo con una consulta en la que saliera una mayoría significativa a favor de la desanexión, abriría una vía.

Entonces se descartó desde el principio la opción de crear una Entidad Local Menor, como en Itziar.

No. Pero esa opción no es competencia de la Diputación, sino del Ayuntamiento de Donostia y este no ha puesto sobre la mesa esa posibilidad. A nosotros nadie nos la ha ofrecido. Si en este momento hubiese habido por parte del Ayuntamiento una opción de poner encima de la mesa una entidad local menor con estas condiciones, con este presupuesto, competencias, etc... se habría incluido.

Y si esa opción se plantea en el futuro, ¿Herri Kontseilua estaría dispuesto a llegar a un acuerdo con el Ayuntamiento de Donostia como ocurrió con Deba o en Hernani?

Primero vamos a esperar a ver qué sucede en la consulta del día 10 y qué hace después la Diputación si la mayoría de los igeldotarras están a favor de la desanexión. Y en el futuro ya veremos. Insisto en que en este momento solo es real lo que ha planteado la Diputación, que si hay una mayoría a favor de la desanexión en la consulta, lo va a tramitar, pero no sabemos lo que luego va a haber.

Hace unos años, el entonces alcalde socialista Odón Elorza y Herri Kontseilua alcanzaron un principio de acuerdo para crear una entidad local menor. ¿Por qué se paralizó la negociación?

Nosotros no estábamos entonces. Sabemos que se llevó a cabo un proceso de negociación en el que parecía que más o menos había un nivel de acuerdo, pero que en un momento dado se paralizó? No sabemos por qué.

¿Quizás sería por cuestiones urbanísticas?

Puedes sacar miles de conclusiones, nosotros no tenemos datos, información más allá de lo que pueda haber en planes generales anteriores. Solo sabemos que había un planteamiento de construir más de 250 edificaciones y se peleó para que no se hiciera. Por lo demás, no tenemos datos de que haya intereses aquí o allá.

¿Temen que Igeldo pierda su carácter rural, como ocurrió con Astigarraga, si finalmente se desanexiona?

Hasta ahora la tendencia ha sido siempre al revés, a no edificar en Igeldo. Los trabajos que se han hecho hasta el momento han sido para mantener tanto la identidad como los valores, la visión y la forma de ser y de organizarse tanto a nivel de relaciones culturales sociales, como de estructura de viviendas, de urbanismo, etc... Justo antes de que empezara esta ola de la consulta, que nos ha pillado a todos con mucha sorpresa, estábamos planteando una reflexión sobre el futuro de Igeldo, pero se quedó ahí y nos centramos en la consulta.

¿Y si Igeldo fuera pueblo, qué infraestructuras priorizarían?

Las prioridades serían los servicios sociales más allá de los equipamientos. Tenemos que responder a las necesidades de los mayores, asistencia domiciliaria, mejorar el transporte. Hay que tener en cuenta que Igeldo es una zona muy diseminada y las comunicaciones necesitan mejorarse.

Hablando de transporte, ¿cree que Igeldo como pueblo podría sufragar por sus propios medios una línea de autobús? Itxas Aurre propone desanexionarse, pero compartir gastos con los donostiarras.

Habría que estudiarlo. De todas formas, esto es como la pareja que quiere separarse. Lo pueden hacer a buenas o a malas. Si las cosas son civilizadas, se puede llegar a acuerdos y en el caso del autobús si hay una línea que sirve tanto para donostiarras como para igeldotarras, se puede compartir.

Me imagino que se habrá encontrado con el alcalde Izagirre por las calles de Igeldo. ¿Han hablado sobre la consulta?

No hemos hablado con el alcalde sobre este tema en absoluto. Ni él se ha dirigido ni nosotros nos hemos dirigido al alcalde.

Si la Diputación no tiene mayoría en las Juntas Generales no puede tramitar la segregación de Igeldo. Por su parte, el TSJPV podría cerrar definitivamente el proceso judicial sobre Igeldo. A la vista de estos posibles hechos, ¿no es más práctico negociar otras vías?

No está en nuestras manos. Nosotros creemos que el proceso participativo puesto en marcha está siendo muy interesante. Si se cierra este proceso, Herri Kontseilua lo aceptará y seguirá trabajando para conseguir los más recursos y competencias posibles para Igeldo.

¿Qué resultado esperan en la consulta del 10-N?

No nos pronunciamos al respecto porque somos un órgano representativo neutral. Simplemente respetaremos lo que salga en la consulta.