Síguenos en redes sociales:

Pasado y presente se funden dos siglos después del horror

emotivo homenaje a los firmantes de las actas de zubieta El caserío Aizpurua acoge la recreación de la histórica cita que marcó un hito en el devenir de la ciudad

Pasado y presente se funden dos siglos después del horrorAinara Garcia

Donostia. Dos siglos después, el caserío Aizpurua volvió a ser testigo de la firma de las Actas de Zubieta, donde se brindó un sentido homenaje a los descendientes de aquellas personas que se reunieron en este mismo enclave en 1813, inciando con aquella firma la recuperación de una ciudad devastada. Pasado y presente se fundieron ayer en un emocionante acto.

Para revivir aquella tragedia y posterior recuperación, el grupo de teatro Ados Teatroa recreó lo ocurrido en el caserío, tras lo cual tomaron el testigo los representantes del gobierno municipal.

En un acto simbólico, la corporación del Ayuntamiento de Donostia, el diputado general de Gipuzkoa, Martin Garitano, los descendientes de los firmantes de 1813 y los ciudadanos que así lo quisieron volvieron a firmar las actas como compromiso a seguir la senda de lo hablado después de la destrucción de la ciudad.

Más de 300 descendientes de las personas que estuvieron en la firma de las actas acudieron al homenaje. Todos ellos se mostraron muy emocionados, desde los familiares que se acercaron desde Donostia, hasta otros que tuvieron que cruzar el océano para acudir al acto, como los descendientes de la familia Irigoyen, que acudieron desde Venezuela. Además, el alcalde de Donostia, Juan Karlos Izagirre, entregó desde el escenario que se colocó para la ocasión una pequeña escultura conmemorativa creada por Iñigo Arístegui en la que se representa el esfuerzo de las personas que reconstruyeron la ciudad.

También participó en el homenaje el coro Easo, que interpretó la obra Amaren Obiyan, compuesta por José Elizondo con motivo de la celebración del primer Centenario de la reconstrucción.

ladillo Donostia puso así un broche de oro a las celebraciones por el Bicentenario y, sobre todo, brindó un merecido homenaje a los grupos de donostiarras que marcaron un punto de inflexión en la historia de la ciudad, con su determinación por reconstruir la ciudad y superar las consecuencias de muchos años de ocupación, guerras, asaltos, violencia y destrucción. Gracias a esta decisión tomada tan solo ocho días después de aquel 31 de agosto, se colocaron las bases de la ciudad moderna que hoy en día es Donostia. Las actas originales se custodian en el archivo del Ayuntamiento de la ciudad. Con motivo de la conmemoración del Bicentenario, el Ayuntamiento ha encargado la traducción del documento al euskera al historiador y traductor Xabier Kerexeta Erro.