Donostia. El derribo de la estación de bombeo de aguas residuales de Loiola arrancó ayer y liberará un espacio de 1.200 metros cuadrados. En él está previsto construir una gran plaza pública junto a la estación del Topo, que también se renovará próximamente. Hasta que concluya esa intervención y se pueda emprender la urbanización de todo el entorno, sin embargo, el Ayuntamiento ha decidido acondicionar la nueva explanada como parking, para paliar en parte los problemas de aparcamiento de los loiolatarras.
Según explicó ayer la concejala de Infraestructuras y Servicios Urbanos y presidenta de la Mancomunidad del Añarbe, Nora Galparsoro, las obras de demolición de la estación de bombeo que arrancaron ayer concluirán en una semana y los trabajos para alisar la superficie y acondicionarla como parking terminarán en menos de un mes. Así, para finales de enero los loiolatarras podrían contar con este parking provisional.
Galparsoro también añadió que a la hora de diseñar el aspecto final de la plaza se tendrá en cuenta a los vecinos y que el Ayuntamiento se coordinará con Euskal Trenbide Sarea (ETS) para que la nueva estación del Topo y la plaza concluyan al mismo tiempo. "No tenía sentido urbanizar la plaza ahora, los trabajos de ETS la dañarían mucho", explicó Galparsoro.
triple beneficio "Sepultar esta estación es una buena noticia sobre todo para los vecinos de Loiola", apuntó Enrique Noain, presidente de Aguas del Añarbe. Explicó que, tras la construcción de una nueva tubería que transporta ya de manera diferenciada las aguas de la papelera Zicuñaga de Hernani y que cuenta con un sistema de bombeo propio, la estación ha podido quedar fuera de servicio, ya que el resto de aguas residuales pueden tratarse directamente en la depuradora de Loiola sin dificultad, sin pasar por esta planta.
Asimismo, además de la estación de bombeo que ya está siendo demolida, también han quedado fuera de servicio las tuberías de impulsión que llevaban el agua hasta el túnel de Ulia y el emisario de Mompás. Esas tuberías cruzan el Urumea a través de un puente que ahora, Aguas del Añarbe cederá a ETS para que pueda desviar el Topo por él. Y es que en el marco de las obras de desdoblamiento de la vía de EuskoTren, está previsto el derribo del puente actual y la construcción de otro más ancho sin apoyos en el río, lo que también reducirá el riesgo de desbordamientos e inundaciones. ETS podrá proceder a derribar el puente y a construir el nuevo y, mientras, utilizará el que le cede Aguas del Añarbe para mantener el servicio del Topo.
"El beneficio del derribo es triple: los vecinos dejarán de sufrir molestias tras 36 años, el barrio ganará un nuevo espacio público y ETS podrá construir su nuevo puente para desdoblar el Topo", incidió Noáin.
Fue él mismo el que, en el acto de ayer, se subió a la máquina demoledora e inició los trabajos para derrumbar el edificio, en presencia, entre otros, de representantes de las asociaciones de vecinos de Loiola. Además de los fotógrafos, algunos loiolatarras también inmortalizaron el momento desde las ventanas de sus casas.