Usuarios de los toldos recogen 1.300 firmas contra la retirada de parasoles de La Concha
La ley de costas obliga a suprimir 280 carpas y 180 sombrillas del arenal Los afectados piden al Ayuntamiento un aplazamiento de esta medida, que entrará en vigor este verano
Donostia. Los usuarios de los toldos de la playa de La Concha han presentado en el Ayuntamiento "más de 1.300 firmas" contra la retirada de 431 parasoles y 180 sombrillas. Protestan por la supresión del 51% de los tradicionales parasoles, pero su movilización también ha venido motivada porque consideran que el Consistorio les ha dejado "poco margen de maniobra". Critican que "en vez del recibo del pago del toldo", como todos los años, esta vez les ha llegado una carta en la que se les informaba de que este verano se retirarían todas las sombrillas y 280 toldos de La Concha con el fin de cumplir con la Ley de Costas de 1988, que dice que no se puede ocupar más del 50% de la playa resultante de la pleamar con servicios de temporada.
Ante esta situación, una representación los abonados afectados pide al Ayuntamiento que "aplace" la retirada de las estructuras para que ambas partes puedan analizar conjuntamente el tema en los próximos meses. Una de las portavoces, Yolanda, cree que sería lo más acertado: "Llevamos dos años a vueltas con este tema y de repente nos comunican que van a retirar los toldos cuando podríamos buscar una solución entre todos", se queja.
El alcalde de Donostia, Odón Elorza, se refirió a este aspecto en una carta publicada en este diario el pasado miércoles al decir que "el año pasado Costas también nos pidió que retirásemos los toldos, pero se alegaron razones de tiempo y de operatividad y lo retrasamos hasta este año". En el mismo documento aseguró que en 2010 "no teníamos argumentos válidos y no pudimos eludir el cumplimiento de la ley".
Otra de las integrantes del comité de afectados, Nieves García, recalca la importancia del perfil de los usuarios de los parasoles, ya que explica que el 90% de los abonados "son mujeres de más de 70 años". Asegura que "muchas de ellas tienen dificultades de movilidad, enfermedades dermatológicas, problemas de visión y nos suplican que hagamos algo porque sin toldo no podrán ir a la playa". "Algunas no tienen fuerza física para arrastrar una sombrilla y, si no se pueden resguardarse del sol, dejarán de hacer lo que más les gusta: ir a la playa", augura García.
Ararteko A falta de escasos cuatro días para el sorteo en el que se adjudicarán los 431 toldos que quedarán entre los actuales abonados, éstos no desisten. Y es que aparte de la recogida de firmas, el colectivo ha trasladado el problema al Ararteko, quien no ha emitido aún una resolución al respecto y no se aventura a dar una fecha "porque puede ser dentro de uno o seis meses".
Mientras tanto, representantes municipales y los usuarios de los toldos han venido manteniendo reuniones en las que se ha abordado el tema, pero las posiciones siguen "igual". "Las conversaciones se han mantenido en un tono muy cordial, pero las posturas son las que son y nosotros debemos cumplir con la ley de Costas", explica el concejal de Playas de Donostia, Alberto Rodríguez.
El propio alcalde manifestó en la carta antes mencionada que "las condiciones de las playas, especialmente la de La Concha, con una pérdida sustancial del área de arena seca en pleamar, exigía una medida que favorezca el interés general". Eso, unido al requerimiento de Medio Ambiente, ha llevado al Consistorio a reducir a la mitad los parasoles, tal y como indica el edil de Playas.
Favorables y detractores El debate sobre la retirada de los toldos ha llegado a la calle y a pesar de que la mayoría de las opiniones que se han hecho públicas en los dos últimos meses hayan sido contrarias la retirada de los parasoles, también ha habido quien ha apoyado la decisión.
Uno de los primeros en aplaudir la medida fue el colectivo ecologista Eguzki, que aseguró que la retirada de toldos y sombrillas "redundará en una democratización del uso del espacio público y evitará que unos pocos se hagan con el sitio de todos".
A título personal, algunos ciudadanos como Isabel Larrañaga, también aprueban la retirada de los toldos "porque habrá más espacio para pasear y la playa estará más bonita.
Por su parte, Mariví Elizalde no tiene una "opinión clara" porque no tiene toldo, pero cree que "los ingresos que obtenía el Ayuntamiento por el alquiler beneficiaban a la ciudad y ahora se perderá ese dinero".
Elisa Peñafiel, que lleva más de 40 años abonada al servicio de los toldos, "no entiende" la decisión: "En Zarautz también falta arena y Costas no dice nada. Además, no estoy de acuerdo con que todos tengamos las mismas posibilidades en el sorteo porque se debería premiar a los que tenemos más antigüedad".
María Teresa Badiola sigue los acontecimientos de La Concha "un poco preocupada" porque ella dispone de un parasol en Ondarreta "y habrá que ver qué pasa ahí". Argumenta que tiene cinco nietos y que si le quitan el toldo "será peor porque al colocarnos en la arena ocuparemos más espacio". Isabel Larrañaga teme lo mismo: "Hay peligro de que las familias vayan ahora con sus sombrillas y sus cosas y cojan más sitio que con el toldo".
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