BEASAIN es un municipio conocido por su actividad industrial y su estación de ferrocarril, pero sus primeros habitantes vivían en los montes. Aquellos poblados han llegado a nuestros días y aportan el componente rural a la localidad. Cada uno de ellos es un pequeño pueblo dentro de otro y tiene su propia personalidad, pero en los últimos años se han despoblado y corren peligro de perder su idiosincrasia. Los vecinos y el propio Ayuntamiento quieren cambiar la tendencia y este deseo se ha visto reflejado en las Normas Subsidiarias.
Cada barrio tiene su regidor y NOTICIAS DE GIPUZKOA ha hablado con ellos: Jose Inazio Aranburu de Garin, Antonio Etxaniz de Astigarreta, Joanito Mendizabal de Arriaran, Iñigo Osinalde de Gudugarreta y Juan Etxezarreta de Matxinbenta.
Mendizabal dice que Arriaran "ha ganado mucho" con la apertura de la sociedad. "Además, el frontón es muy utilizado por los jóvenes de Beasain: casi siempre está ocupado", explica. Las Normas permiten construir dos bloques de doce viviendas cada uno y Mendizabal considera que también se debería hacer una acera. "La gente tiene que ir por la carretera y los coches pasan a gran velocidad. Deberían instalar señales para que los conductores reduzcan la velocidad". Además, Mendizabal propone explotar las minas para la actividad turística. "Se podría enseñar cómo se trabajaba antaño, pues algunas de las galerías están en buen estado".
matxinbenta
De Beasain a Azpeitia
Carretera arriba se encuentra Garin. Si en Arriaran viven cerca de 80 personas, en este otro barrio sólo son 23; la mayoría, mayores. El regidor Jose Inazio Aranburu dice que desde que hicieron el embalse viven mejor, pues las labores de conservación de la carretera se llevan a cabo más concienzudamente. "El Ayuntamiento también nos cuida mejor que antes. De todos modos, está pendiente la canalización de las aguas fecales y tenemos que acabar de soterrar el cableado". Las Normas permiten construir 16 viviendas y Aranburu lo ve "bien".
Justo antes de llegar a Mandubia nos encontramos con Antonio Etxaniz en la sociedad de Astigarreta. Durante estos últimos diez años se ha trabajado duro para revitalizar el barrio. "Se arregló el tejado de la iglesia, se abrió una sociedad y recientemente hemos habilitado un aparcamiento para 50 vehículos".
Puede parecer mucho para un barrio tan pequeño, pero seguro que se llenará más de una vez. "La sociedad tiene 45 socios y en la comida de sanmartines nos reunimos 83 personas. En Astigarreta vive más gente que hace diez años", comenta. Considera que la mayoría de las necesidades están cubiertas. "Queremos reformar la ermita de San Gregorio. En lo que respecta a las Normas, prevén construir trece viviendas junto a la iglesia".
Descendemos el alto de Mandubia en dirección Azpeitia y encontramos Mantxinbenta. Este barrio pertenece a Beasain, Ezkio-Itsaso y Azpeitia. La iglesia, el bar y el frontón están en terrenos de Beasain, pero los vecinos van a las escuelas, al ambultario y a los comercios de Azpeitia. Juan Etxezarreta comenta que las Normas permiten construir 12 viviendas junto al frontón, pero que en la actual situación será difícil que alguien se preste a edificarlas. Ve necesario reformar la iglesia, "pues tiene goteras", y añade que se siente beasaindarra y que el Ayuntamiento les trata bien.
De vuelta al casco urbano, muy cerca del mismo, se encuentra Gudugarreta. Es el menos poblado de los barrios rurales, debido a que cuenta con sólo diez vecinos. Iñigo Osinalde señala que "muchos se han ido a vivir al centro. La Normas permiten construir viviendas y puede ser la solución a nuestro problema de despoblación". Cree que Gudugarreta es un buen sitio para vivir, pero que se le debería dotar de más servicios. "Se está haciendo un bidegorri, pero nos gustaría que el autobús y el servicio de limpieza llegaran hasta el barrio", concluye.