Si quieres participar en esta sección, escribe a igandeaplus@ntm.eus
Descubre los pequeños universos botánicos que triunfan en Bizkaia
Tras este verde universo se encuentra Aitor Seijas, que se dedica a la creación de terrarios, los arreglos con plantas y el cuidado de bonsáis
No solo es profesor de inglés, también se dedica a la creación de terrarios, los arreglos con plantas y los bonsáis. Y es que Aitor Seijas Conde, nacido el 11 de abril de 1993, es quien se encuentra tras los pequeños mundos de clorofila. Aparte de en Mungia, Bilbao y sus alrededores, es posible admirar sus creaciones en su cuenta de artesanía botánica@clorofilaverso.
Desde que era pequeño, Seijas se ha sentido muy próximo a la naturaleza, ya que iba mucho a la montaña con sus padres y su hermana. Su abuela también era una gran jardinera y de vez en cuando le regalaba plantas. “Creo que de la primera parte me viene el amor por el verde y los paisajes y de la segunda la curiosidad sobre el cultivo. Lo que hago ahora es básicamente la sublimación de esas dos cosas”, explica.
Plantas y elementos decorativos naturales
Hace más o menos una década, Seijas empezó a seguir a un youtuber llamado SerpaDesign y lo que hacía le maravilló. Nunca antes había visto terrarios creados con fines estéticos que contuviesen únicamente plantas y elementos decorativos naturales.
“Sabía que se hacía paisajismo a pequeña escala en jaulas para reptiles y acuarios, pero nunca me ha gustado la idea de comprar o criar animales para tenerlos en cautiverio simplemente por placer”, puntualiza. Fue a raíz de este youtuber que empezó a explorar por su cuenta, así que diría que le ha llevado “unos 10 años llegar hasta este punto”.
Aparte, el tiempo que Seijas invierte en cada creación depende muchísimo del tamaño, nivel de detalle, precisión requerida... “A veces, la gente piensa que en hacer un terrario pequeño se tarda menos que en hacer uno grande, pero la realidad es que los más pequeños, a menudo, requieren una paciencia y un pulso que los más grandes no”, relata. Dicho esto, hay muchos factores.
Si quiere un nivel de detalle muy alto, el tiempo puede triplicarse y llegar a llevarle alrededor de tres días. Si es algo más básico, puede que un día entero. Por otro lado, si, por ejemplo, utiliza resina para simular agua, la cosa se complica más y tiene que dividir el proceso en varios estadios que no pueden llevarse a cabo seguidos en el tiempo. “Hacer una composición en un terrario es relativamente fácil con conocimientos de jardinería básicos, la complicación viene cuando quieres plasmar algo y toca hacer, deshacer y rehacer. Así puedo estar semanas con algunas piezas”, matiza.
Anécdota
“Tengo el recuerdo de que cuando era pequeño, mi abuela me regaló un bonsái. Yo no tenía ni idea de cómo cuidarlo, pero no podía dejar de mirar ese mini árbol en su mini maceta. Creo que era un típico olmo chino o un carmona, pero la quietud y la paz que transmitía me llegó hondo. Al final se me acabó muriendo por una plaga de pulgón y me puse muy triste. Creo que esa pequeña experiencia sembró en mí el deseo de entender cómo crecía la naturaleza viva, para poder cuidarla mejor”, comparte Aitor Seijas como anécdota.
Respecto a los materiales, algunos son relativamente fáciles de encontrar, pero hay ciertos tipos de plantas y musgos que hay que saber dónde conseguir. Generalmente, Seijas siempre recurre a tres o cuatro proveedores que tiene fichados y sabe que alguno siempre tiene lo que busca. Los recipientes van desde los reciclados más sencillos hasta los cristales de alta calidad con formas más refinadas. Estos últimos, a menudo, son complicados de conseguir a un precio competitivo, pero encuentra cosas interesantes en outlets de webs online, cristalerías... “O, a veces, vas a un rastro y te encuentras una botella preciosa que merece mucho la pena”, enfatiza el artesano.
Probar y experimentar qué funciona y qué no
El consejo de Aitor Seijas para animarse a probar el mundo de los terrarios se basa en que “se aprende haciendo”. Según él, está bien informarse, pero hay tantos datos por ahí sueltos que, a veces, incluso se contradicen entre sí. Lo mejor es leer “un poquito” para tener una base, y de ahí ir probando y experimentando para ver qué funciona y qué no, “que es lo más divertido”.
También recuerda que hay una oferta interesante de cursos y talleres que suelen darse en viveros, en centros de jardinería u online. Cuando empezó en esto le hubiera gustado saber “que con lo vivo hay que tener paciencia, que los resultados no son inmediatos y que no todo lo que parece estar muerto significa que lo esté. A veces, solo hace falta tiempo”. Encara el futuro con ganas y optimismo, siempre probando composiciones y experimentando con materiales y especies de plantas distintas.
Composiciones de lo más peculiares con luz led incorporada
Su primer terrario impulsó a Aitor Seijas hasta donde se encuentra hoy
La creación de la que más orgulloso se siente Aitor Seijas probablemente sea su primer terrario, que construyó con materiales que encontraba por la naturaleza. “Sin saberlo, me impulsó a llegar a donde estoy ahora en términos de conocimiento y trabajo”, destaca.
Lo más peculiar probablemente sea lo último que está haciendo, terrarios con luz led incorporada que se puede encender para apreciar mejor los matices de la composición o simplemente para iluminar el interior en días oscuros.
“Creo que la autopromoción se me da regular”, declara Seijas
El creador de estos mini universos de clorofila, Aitor Seijas, considera que las redes sociales le han ayudado, “en parte”, a dar a conocer su trabajo. Aunque, por otro lado cree que los algoritmos suelen ser bastante crueles y si no los alimentas constantemente como ellos quieren fácilmente dejan de mostrar tu trabajo. “Lo que mejor me ha funcionado ha sido el boca a boca”, especifica.
Para él, los terrarios son un escape creativo insustituible. “Crear y mantener algo vivo, aparte de ayudarme a conectar con el momento presente, me transporta a mí y a mi imaginación lejos de un mundo que, a veces, puede ser un poco gris”, cuenta. Y es que después de crear una composición especialmente bonita o compleja, siempre aterriza con más optimismo de vuelta en su día a día. Cuenta con unos 500 seguidores desde que se hizo Instagram hace tres años y piensa que el crecimiento ha sido constante, pero lento. “Creo que la autopromoción se me da regular, pero estoy contento con la calidad de mis seguidores, aunque la cantidad sea modesta. La gente aprecia mucho mi trabajo y se lo agradezco”, concluye.
Temas
Más en Gente
-
Las emotivas palabras de Dani Martín a Verónica Echegui: "Ojalá jamás hubiera tenido que escribir esto"
-
Emma García se emociona al volver a Donostia
-
¿Qué fue de Koldo Sagastizabal? La nueva vida del ‘vasco intelectual’ que triunfó en ‘Gran Hermano’
-
“En unos pocos años tendremos colonos en la Luna y misiones a Marte”