Ayer, 17 de diciembre, fue un día muy importante para Ana Obregón, en el que celebraba el bautizo de su nieta Ana Sandra. El gran evento, que tuvo lugar en la iglesia de Nuestra Señora de Alcobendas (Madrid), destacó por la ausencia de su abuelo biológico, Alessandro Lequio. El italiano se mantiene fiel en su idea de no querer saber nada de su nieta, así como de todo el proceso que vivió la actriz para tenerla. Y así lo demostró en el bautizo de la pequeña, al que ni siquiera asistió.

El italiano siempre ha insistido en que no quería saber absolutamente nada del proceso de maternidad de Ana Obregón, alejándose de toda la polémica que ha rodeado el caso y apenas sin pronunciarse. Una decisión que no ha pasado desapercibida para la intérprete, que ha lamentado la actitud de Alessandro Lequio, puesto que este es padre de una niña con su actual pareja, María Palacios. Esta es, a su vez, la tía biológica de Ana Sandra. Pese a los innumerables llamamientos públicos que ha hecho la socialité para intentar que las cosas cambien, Lequio sigue en sus trece y se niega a dar su brazo a torcer, por lo que sigue sin conocer a su nieta.

Hace unos escasos días, Alessandro Lequio, en el programa ‘Vamos a ver’ de Telecinco del que es colaborador, hablaba sobre la última petición de Ana Obregón. Según ella, la niña tenía “ganas de verle”, a lo que el italiano respondía de una forma muy directa: “Una bebé de siete meses no tiene capacidad para desear conocer a alguien. Soy una persona educada, la respeto profundamente porque es la madre de mi hijo, pero por una cuestión de higiene mental he decidido no hablar”. El tertuliano, contundente, afirmaba que ya había dejado clara su postura en muchas ocasiones en referencia a este asunto: “Lo importante es cómo estoy yo, cómo está mi mujer y mi hija y todo lo demás me da igual”, sentenciaba, a pesar de que sus compañeros intentaron convencerle de que cambiar su mentalidad, incluso dirigiéndose a él como “abuelo” de la pequeña. A-un así, Lequio no cedió.

El bautizo

En el bautizo de Ana Sandra, se esperaba que acudiese Justin como padrino, un viejo amigo de Aless Lequio. Finalmente, no pudo asistir al evento, por lo que fue Giacomo, un buen amigo de su infancia, quien ocupó su lugar. Una emotiva ceremonia para Ana Obregón, que sin duda recordará para siempre y que supone un antes y un después en su vida.