Baga, biga, higa… Aratz!

El comedor de los hermanos Zabaleta acogió ese día a una cincuentena de personas del mundo de la cultura euskaldun a las que unían la admiración hacia Mikel Laboa y la amistad con los propietarios del asador, que este pasado mes de enero cumplió 35 años. Esta efeméride fue precisamente el motivo por el que Xabier e Iker Zabaleta decidieron homenajear al añorado músico, uno de sus más ilustres clientes.

“Mikel era un solitario”, recuerda Iker Zabaleta. “A pesar de que conocía a un montón de gente y hablaba con todo el mundo, no era de los que venían en cuadrilla. Le gustaba escaparse aquí de vez en cuando. Llegaba en coche, se pedía su vinito y su pintxo y ahí estaba, feliz en su rincón. Era muy tímido y le costaba mucho hablar. Es curioso… por dentro estaba lleno de palabras, pero había que sacárselas con cuerda”.

"(A Mikel Laboa) le gustaba escaparse aquí de vez en cuando. Llegaba en coche, se pedía su vinito y su pintxo y ahí estaba, feliz en su rincón. Era muy tímido y le costaba mucho hablar"

Xabier Zabaleta también lo recuerda así, sencillo y reservado: “Siempre tuvimos una buena relación con Mikel Laboa. La gente nos daba sus discos para que los firmara cuando venía, algo que hacía siempre gustosamente. Y una vez nos quiso regalar un disco recién salido del estudio a Aitor y a mí, pero no se lo aceptamos, pensábamos que ese primer ejemplar tenía que guardarlo él”, recuerda el benjamín de los Zabaleta en una entrevista publicada unos días después del fallecimiento del artista.

Fuerte sacudida

Sea como sea, los Zabaleta sentían que debían hacer algo con la figura de Mikel Laboa y el 35º aniversario del restaurante ha resultado ser la excusa ideal. De todas formas, el homenaje de esta semana venía fraguándose desde el pasado verano, cuando coincidieron en fiestas de Zubieta Xabier Zabaleta e Iñigo Urdalleta, “salsero”, en sus propias palabras, de Lasarte-Oria. Iñigo y otros dos amigos sufrieron una fuerte sacudida cuando Mikel falleció en diciembre de 2008 y le tributaron, cada uno a su manera, una serie de homenajes, desde graffitis con la letra de sus canciones hasta temas musicales inspirados en el donostiarra. 

En el caso de Iñigo, su aportación fue la creación de una imagen que presenta a Mikel Laboa ante un micrófono, adornado con una vistosa “cresta” al más puro estilo “punk”. “Mi idea con ese dibujo fue expresar lo que me sugería Mikel: una persona que a pesar de su edad y su estilo musical era, realmente, un punki, un transgresor. Tenía una gran sensibilidad pero, a la vez, era un macarra, un revolucionario. Con el dibujo que le dediqué quise reflejar eso y lo curioso es que todo el mundo lo entendió y ha gustado un montón”.

Un dibujo viral

Iñigo convirtió en viral el dibujo dedicado a Laboa y a lo largo de los años lo ha multiplicado en pegatinas y camisetas… hasta que Xabier Zabaleta le propuso convertirlo en un símbolo del Aratz serigrafiándolo en unos vasos de sidra. Dicho y hecho, la idea cuajó en pocos días y este martes cincuenta personas brindaron a la memoria del intérprete de Txoria txori con unos vasos impresos con su rostro. “La idea también es una macarrada y estoy seguro de que a Mikel le hubiera encantado ver unos basoerdis con su cara en ellos”, sentencia el de Lasarte. 

Todas estas historias, recuerdos y sentimientos confluyeron en el comedor de Aratz el pasado martes, 18 de junio. Se daba, además, la circunstancia de que Mikel Laboa hubiera cumplido 90 años el pasado sábado 15, con lo que la fecha adquirió, todavía, un mayor significado. Los Zabaleta, además, no quisieron llevar a cabo un acto masivo sino que supieron pulsar las teclas adecuadas para que el homenaje transcurriera en petit comité con la gente más indicada para el mismo.

Ilustres asistentes

Así, entre los asistentes se encontraban algunos de los principales impulsores del disco Txerokee, un homenaje en vida a Laboa perpetrado por Xabier Montoia, presente en Aratz el martes. Acompañaban a Xabier otros participantes en dicho disco como Eneko Abrego, entonces cantante de BAP, Joseba Tapia y Kaki Arkarazo, fundador de Negu Gorriak, grupo cuyo nombre se basa en una canción de Laboa y cuyo primer tema fue publicado, precisamente, en dicho disco. Otros admiradores de Mikel del ámbito musical también presentes en la sala fueron Mikel Telleria, Ixak Arruti, Andoni Tolosa Morau, o el dúo Niña Coyote eta Chico Tornado, entre otros. 

No faltaron tampoco los bertsolaris como Jon Maia, Aitor Mendiluze, Beñat Gaztelumendi o Unai Muñoa. Los tres primeros protagonizaron, además, uno de los momentos más emocionantes del acto al improvisar un corto pero intenso saio basado, cómo no, en la figura de Laboa e interpretado al son de una de sus más entrañables canciones, Sorterriko Koblak.

También hicieron acto de presencia el productor televisivo Joxe Felipe Auzmendi, el podcaster Imanol G. Balda, los periodistas Joserra Gar-tzia e Iñaki Soto, la coordinadora cultural Lorentxa Saragueta, el fotógrafo Ibai Arrieta o el gastrónomo Edorta Agirre, cuyo libro Amantala ta mantala lleva en su subtítulo Philosophia & oilo zopia, un claro guiño a Laboa. Completaban el plantel, visiblemente emocionados, los dos hijos de Mikel Laboa, Agurtzane e Izaro, que fueron, en una muestra de respeto, consultados por los Zabaleta antes de poner en marcha la iniciativa. Ambos confesaron sentirse encantados con el homenaje y la filosofía del mismo.

Visto el acto del pasado martes se puede afirmar, sin duda, que la celebración del 35º aniversario de Aratz no podía haber empezado con mejor pie. En cualquier caso, los Zabaleta planean realizar a lo largo del año dos o tres iniciativas más que, de momento, no pueden adelantar… ¡Seguiremos informando!