Y a partir del 1 de mayo, ¿qué?
Pues la verdad, en tantos años en Gros he adquirido una serie de rutinas que espero mantener: espero seguir comprando el pescado en Korta y tomar un pintxo en el Ezkurra, comprar la carne en Estensoro y aprovechar para visitar a José Luis en el Iraeta, seguir frecuentando el BM de la calle Ronda o la frutería Fabo, que es un comercio brutal. Seguir tomando una cervecita con Gorka en el Desy, un vinito con Javi en el Bart, una copa en el Teorema donde Cano…
¿Volverá a pasearse por su Errenteria natal?
Nunca he perdido el contacto. Y allí también tengo mis txokos: el Gamón 14, donde lo hacen muy bien, la Sidrería Donosti al otro lado del río, la sociedad Euskaldarrak donde quedé 4º entre 25 en su concurso de cocina…
¿Cuáles han sido sus platos favoritos para cocinar?
Hay una pieza de carne no muy conocida, la espaldilla o “filete del niño” que me entusiasma preparar. Estofada y en medallones es algo como para morirse.
¿Y los que más le gusta comer?
Soy un fanático de la casquería. La oreja, las manitas de ministro… Podría pasarme tres días comiendo y chupando manitas en salsa, con pochas… de cualquier manera.
¿Hay algún plato que se le haya resistido?
Tengo unos clientes madrileños que siempre me encargan sesos. Los preparo de cine, selladitos, a la plancha, como si fueran un filete. Les añado una buena ajada, perejil… y se chupan los dedos. Pues bien, a pesar de que me encanta prepararlos y he intentado comerlos 20.000 veces, no puedo con ellos. l