El premio del gol a un futbolista que representa los valores clásicos del Real Madrid, el incombustible Fede Valverde, luchador eterno ante cualquier situación, desatascó un mal partido del Real Madrid en el Santiago Bernabéu, ante un Leipzig que se llevó un castigo excesivo a su gran imagen, con Marco Asensio firmando el gol del perdón del madridismo tras su deseo de marcha.

El peligro de sentirse superior antes de jugar o de desviar la mirada a un gran partido como el derbi madrileño, provoca imágenes como la del Real Madrid durante una hora de su duelo europeo. Gesto contrariado de Carlo Ancelotti, gritos desesperados de Thibaut Courtois ante la pasividad general, el aviso de la grada. Un equipo carente de creatividad, amparado al coraje en cada acción de Valverde. El empate al descanso era la mejor noticia. En la segunda parte solo se podía mejorar.

Un Real Madrid sin Karim Benzema pierde gran parte de su esencia. Y está por ver la respuesta del equipo en partidos de altos vuelos. El Leipzig lanzó un aviso con un desparpajo impropio del que visita el Santiago Bernabéu en la Champions. En la casa del campeón tuvo momentos de extrema placidez, encontrando grietas desde la pasividad de un equipo que sabe que en su portería tiene a un baluarte que salva los malos momentos. Y ayer al Madrid al final le salió todo bien para lo mal que pintaba.