El documento base que adjunta el ministro Miquel Iceta a su carta a las comunidades autónomas explica a las instituciones públicas cuáles son los requisitos tanto para ser sede como subsede. Como es lógico, en ambas habrá que disponer de las infraestructuras mínimas exigidas por la FIFA y, además, las instituciones deberán firmar “las garantías básicas que se requieren para un evento de estas características”.

Si Donostia quiere ser sede, es decir, acoger partidos de competición oficial, Anoeta deberá tener disponibilidad completa todo el mes anterior a la competición y solo podrá recibir los de la fase de grupos, ya que los partidos señalados, como las semifinales (un mínimo de 60.000 espectadores), el choque inaugural y la final (80.000) tienen otras exigencias. En todo momento, eso sí, los estadios deben estar catalogados de Categoría 4 estrellas.

Las sedes exigen a su alrededor una zona exterior al estadio suficiente para instalar los “servicios complementarios” como la TV o la seguridad; aparcamientos para la organización próximos al estadio con capacidad para 5.000 plazas, tres o cuatro hoteles de cinco estrellas, un centro ferroviario próximo, un aeropuerto operativo a 40 kilómetros a la redonda, cuatro centros de entrenamiento a la misma distancia máxima y “centros hospitalarios de máxima capacidad y prestaciones” próximos a la sede.

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Para ser subsede de una de las 14 sedes los requisitos que rodean a los campos de entrenamiento son similares a los de las sedes en cuanto a hoteles y aeropuertos se refiere, mientras que en cuanto a la infraestructura deportiva, se exigen entre otros dos campos de fútbol de las mismas dimensiones que la sede principal, que dicha sede esté cerrada al público, servicios como vestuarios, salas, gimnasios, etc., equivalentes a un estadio 4 estrellas.

Donostia cumple con buena parte de los requisitos por no decir con casi todos, incluido el número de hoteles de cinco estrellas si tenemos en cuenta los ya existentes y los ya anunciados para su apertura antes de 2025. Habida cuenta del entorno de Anoeta, el más difícil de cumplir se antoja el de las 5.000 plazas de aparcamiento, una condición también difícil de resolver en otros estadios situados en el tejido urbano.