raúl Lizoain Cruz (Las Palmas de Gran Canaria, 1991) está viviendo, junto a sus compañeros de la Unión Deportiva Las Palmas un tranquilo final de Liga, una situación inesperada cuando, en la primera parte del campeonato, los canariones coqueteaban con el descenso. El joven guardameta se ha pasado gran parte de la presente campaña a la sombra de Javi Varas, y ha disputado, tan solo, siete partidos de Liga, entre ellos los cuatro últimos.
A base de superación y trabajo se ha hecho con la titularidad. Ese tesón lo lleva en los genes y lo encarna la figura de su padre, Gabriel Lizoain. “De mi padre destaco el afán de superación. Como en el resto de mis tíos. Es un espejo para mí”, señaló Raúl en una de las ocasiones que intervino en el programa deportivo El Larguero de la Cadena Ser.
Gabriel, nacido en la localidad navarra de Abaurrea, es el mayor de seis hermanos, de los cuales cuatro son invidentes. La saga de los hermanos Lizoain la cierra el conocido cantante Serafín Zubiri.
El mayor de los Lizoain no se ha visto frenado por su discapacidad visual, al contrario, la de Gabriel es una historia de superación que enorgullece al cancerbero de Las Palmas. De hecho, de él le viene su pasión por el mundo del fútbol, ya que Gabriel fue jugador, concretamente defensa, en la modalidad de invidentes.
Pero la relación de Gabriel con el balompié fue más allá de los terrenos de juego, ya que también fue, durante unos años, representante de futbolistas. A lo largo de su ajetreada vida ha practicado patinaje, sokatira, es una apasionado de la pelota y también dejó hueco para ser cantante, faceta en la que es más prolijo Serafín, quien participó en dos festivales de Eurovisión.
Por encima de todo eso, Gabriel es el padre de Raúl Lizoain y no falta a un partido de la Unión Deportiva Las Palmas en el Estadio de Gran Canaria. No puede ver el partido, pero lo siente y su hijo, esté en el banquillo o bajo los palos, sabe que cuenta con el apoyo de su padre.
Gabriel se guía por los dos transistores que lleva al campo. Uno lo mantiene siempre en el mismo dial, mientras que el otro lo va cambiando de sintonía. Toda la información que pueda recibir es poca.
Por si tuviese alguna duda, su esposa, y madre de Raúl Lizoain, Loli Cruz, le hace los comentarios que él estime oportunos para seguir más de cerca los encuentros, en los que los sonidos de la radio, del golpeo del balón, los cánticos de la grada se convierten en su gran guía.
Así ha vivido la carrera de Raúl, quien comenzó su periplo en el Unión Vera para recalar en la campaña 2009-10 en las filas de la Unión Deportiva Las Palmas, en principio, para jugar con el filial amarillo.
Fueron dos temporadas en las que fue progresando y, finalmente, en la 2011-12 dio el salto al primer equipo, con el que debutó en noviembre de 2011 con tan solo 21 años en un partido frente al Huesca.
Desde entonces, el guardameta con ascendencia navarra no ha parado de trabajar, con tesón, constancia y sin ponerse límites, pese a estar siempre a la sombra de los guardametas que han ocupado la portería canaria.
debut en primera Raúl, en el banquillo, y su padre, Gabriel, en la grada, vivieron en 2014 la tristeza de quedarse sin ascenso a Primera División en el último minuto frente al Córdoba. Un año después disfrutaron del sentimiento opuesto al culminar la vuelta de los de Barranco Seco a la máxima categoría.
Lizoain volvió a formar parte de la plantilla que la presente temporada ha competido en Primera División y que ha logrado la permanencia. Partía desde la suplencia, pero su primer gran día llegó en la primera jornada de Liga en el Vicente Calderón. Su equipo cuajó una gran actuación, pero no pudo evitar la derrota por 1-0 ante los colchoneros.
Después, ha disputado seis partidos más de Copa y otros seis choques de Liga, entre ellos, los cuatro últimos. El domingo, a partir de las 12.00 horas en el estadio de La Rosaleda de Málaga, Raúl Lizoain jugará con Las Palmas el último partido de la temporada. En esta ocasión, como es a domicilio, Gabriel escuchará por la radio, sin perder detalle, la narración del choque y de la actuación de su hijo, quien le tiene como ejemplo de actitud, tesón y constancia ante la adversidad.