donostia. Ucrania se viste con un manto naranja cada vez que la selección holandesa vive un día de fútbol. Calles, bares y espacios públicos terminan rindiéndose a la colonización de la afición de los subcampeones del mundo, que en esta ocasión escogieron el metro de Kharkiv, ciudad elegida para el encuentro ante Alemania. Así, los ucranianos que intentaron continuar con su rutina diaria a pesar de la Eurocopa, se encontraron con una auténtica fiesta naranja en el suburbano. Al son de trompetas y tambores, los hinchas holandeses fueron acercándose a las inmediaciones del estadio donde su equipo cayó ante Alemania. Foto: efe
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