EL Portsmouth, que en sólo un año ha conocido cinco dueños y actualmente está en manos del nepalí Balram Chainrai, acaba de declararse en quiebra por una deuda de 80 millones de euros, lo que prácticamente ya le condena al descenso. Su caída a los infiernos es fiel reflejo de los pies de barro en que se sostiene el fútbol inglés aunque la absoluta totalidad de sus clubes de elite esté bajo el poder de millonarios que vieron en la Premier League un juguete al que extraer un usufructo personal. Fue el diario The Guardian quien sacó a la luz un informe secreto de la UEFA donde se desvelaba que la competición de las Islas era la más endeudada de toda Europa. Un dato: 18 equipos de la máxima categoría acaparan el 56% de todo el déficit de las ligas del Viejo Continente.

Y eso, pese a que como contrapartida ésta facturó más dinero que nadie por derechos de televisión e ingresos comerciales, por un valor de 122 millones de euros. Una recaudación que sin embargo no puede paliar el conjunto de las obligaciones con los bancos. El pasivo global de estas entidades inglesas asciende a 4.160 millones de euros, por lo que su éxito deportivo queda arrinconado. Ejemplos los hay a borbotones. Desde que allá por febrero de 2007 los estadounidenses George Guillet y Tom Hicks compraron el Liverpool, la rémora de los reds ha alcanzado más de 400 millones de euros. Cuando el norteamericano Malcolm Glazer se hizo con el United en 2005, éste no tenía deudas, mientras que hoy está fijada en 815 millones, de los cuales casi 160 hubo que pagarlos a un interés del 14,25%. El Chelsea del magnate ruso Roman Abramovich (cuya fortuna individual es de 8.481 millones de euros, cinco veces más que el mismísimo Florentino Pérez) es posiblemente quien más tiene apretada la soga, de no ser por sus contactos, ya que su débito es de 835 millones; al tiempo que el Arsenal del constructor Stan Kroenke arrastra una obligación de 360 millones de euros.

Los colectivos de la clase media se hallan en una tesitura nada cómoda: el West Ham, del que un banco islandés controla un 50% de acciones y los ingleses Sullivan y Gold la otra mitad, debe 41 millones; el Fulham de Al Fayed pidió un préstamo de 190 millones de euros a una de sus compañías; y el Everton está también en venta en busca del mejor postor. No en vano, la Premier cayó en el zurrón de acaudalados que lo utilizan como plataforma para darse a conocer aún más. Aunque en la presente temporada el desembolso de traspasos descendió de una forma considerable, ello obedece a que en cursos anteriores rompieron el mercado con fichajes estratosféricos como el de Robinho por el City. Ya sin liquidez, y pidiendo sopitas a las grandes bancas, tipo Royal Bank of Scotland, están al filo del abismo.

Como los bancos de inversión, los equipos son vulnerables al crack financiero. Los propietarios tienen que endeudarse para ascender a lo más alto y los suculentos ingresos vía Champions se destinan a abonar los lucrativos sueldos de todas las estrellas, forzando a los rivales pequeños a seguir un ritmo imposible. Ya no sólo a Michel Platini, presidente de la UEFA, le preocupa la situación monetaria de la Premier. También al Gobierno, que a través de una comisión parlamentaria acusó a algunos clubes de "dopaje financiero" e instó a las autoridades del fútbol a frenar los niveles ridículos de préstamo. Pero no cuadra. Mientras la Football Association (FA), máximo organismo del fútbol en Inglaterra, sostiene que el porvenir de varios conjuntos no está garantizado, para el director ejecutivo de la Premier League, Richard Scudamore, los derechos televisivos amortiguarán el caos. La modalidad actual se creó en 1992 gracias al canal de pago de Rupert Murdoch, Sky, que comparte las libras con ESPN desde 2006. La mitad se reparte a partes iguales entre los 20 equipos, un cuarto se da en función de la clasificación y el resto según los partidos retransmitidos. Es lo que la diferencia de España, donde cada uno negocia por separado. La UEFA apunta, directamente, a la compra y venta de los clubes como la principal causa de la deuda inglesa. "Más de la mitad del endeudamiento se debe a las adquisiciones apalancadas (compra de un equipo con dinero de un préstamo bancario que se devolverá después usando los activos del propio club), por lo que los nuevos dueños, más que una ayuda, suponen una carga.

la mayoría, extranjeros Lo que es evidente es que la mayoría de los clubes se encuentran bajo el bastón de personalidades extranjeras: el citado Kroenke, del Arsenal, de origen estadounidense; el banquero yanqui Randy Lerner (Aston Villa); Carson Yeung (Birmingham), un hongkonés que posee una empresa de inversión; el ruso Abramovich (Chelsea), que se dedica a la extracción de petróleo; el egipcio Al Fayed (Fulham), dueño del centro comercial Harrod"s; los estadounidenses Hicks y Gillet (Liverpool), amos de franquicias deportivas en Estados Unidos; el jeque de los Emiratos Árabes, que adquirió el City; el norteamericano Glazer (United), con miles de empresas en su poder; el nepalí Chainrai (Portsmouth); y el estadounidense Ellis Short (Sunderland), dedicado a la inversión.

Ya nativos son el conglomerado empresarial del ya difunto Jack Walker (Blackburn); Eddie Davies (Bolton), un inglés que amasó riqueza vendiendo electrodomésticos; Barry Kilby (Burnley), magnate de varios medios de comunicación; el trío formado por Kenwright, Earl y Woods (Everton), instalado en el mundo del entretenimiento; Rusell Barlett (Hull), agente inmobiliario; Peter Coates (Stoke), dueño de un puñado de casas de apuestas; Joe Lewis (Tottenham), inversor; Dave Whelan (Wigan), que trabaja en la venta al por menor; y Steve Morgan (Wolverhampton), que ganó una fortuna en el sector inmobiliario.

españa debe 1.000 millones Por otra parte, los clubes españoles suman una deuda de 1.000 millones en su conjunto, es decir, un 14% del total europeo. En tercer lugar, muy lejos, con 500 millones, el Calcio italiano. Ello obedece a que mientras en Inglaterra y en España prevalecen los estadios propiedad de las entidades, algo que les ofrece bastantes más garantías ante los bancos para endeudarse, en Italia todos son de propiedad municipal. La FIFA discutirá los problemas de deudas que enfrentan los clubes de fútbol europeo en su reunión ejecutiva del próximo 18 de marzo. "Estoy seguro de que en esta lucha por un juego financiero justo que Platini tiene para el mercado europeo, lo que está ocurriendo en la Premier es un contratiempo grave", sostiene su secretario general, Jerome Valcke. Pero la millonaria ruina adolece de callejón de salida y de alguien que le ponga el cascabel al gato.