Disputó el último partido de su carrera en el cierre del campeonato liguero contra el Real Madrid, en el que supongo que dio su último grito.

Al final llegó el día. En su momento tomé esta decisión, que bastante difícil fue. Llegó el día en la última jornada liguera, grité por última vez e intenté disfrutar al máximo de toda las sorpresas que me hicieron. Fue todo muy bonito.

Se dice pronto, pero ocho años con la Real Sociedad en Primera División es un bagaje como para estar orgullosa.

En su día ya dije que el jugar en la Real, o en un equipo profesional o de Primera División, no deja de ser una selección. Me siento súper afortunada de haber estado ocho años en la élite. Esto no es fácil. Me quedo con esto y con que todo mi trabaja ha tenido su recompensa; el sueño que tenía de pequeña de jugar en la Real lo he podido cumplir.

Aunque es aún joven para tomar la decisión de colgar las botas. ¿Lo hace por algo en especial?

Es verdad que mucha gente me está diciendo que es pronto para colgar las botas. Pero también es pronto para encaminar tu vida hacia otro lado. Tengo 27 años y puede ser pronto porque no se espera que una futbolista deje tan pronto el fútbol, pero también es buena edad para tomar una decisión y encaminar mi vida de otra manera. Cuando yo empecé en la Real, para nada pensaba que iba a estar en la Real tantos años y he cumplido con creces mis objetivos y quiero cumplir también otros objetivos que tengo en mi vida. Es un tiempo adecuado, por tanto, para adecuar y encaminar mi vida de otra manera. En la vida estamos constantemente tomando decisiones y he visto dónde estoy y qué puedo aportar y en la balanza ha pesado más el encaminar mi vida de otra manera. No ha sido por otro motivo.

¿Qué se lleva de esta experiencia?

He tenido un gran aprendizaje personal. Es súper exigente estar aquí y tienes que estar preparada física y psicológicamente. He aprendido también a conocerte mejor, que creo que es lo más importante en la vida, conocerte a ti misma. He ganado esas experiencia que el fútbol te da. Más allá de los logros, que es lo bonito del fútbol, ese crecimiento en lo personal para mí es muy importante, porque eso te va a dar mucho en la vida. El fútbol te da mucho en este sentido.

Además, era una de las capitanas y su rol en el vestuario ha sido importante.

Es verdad que cuando llegó el día en el que el equipo me eligió como capitana para mí fue un punto de inflexión y ver que la gente cree en mí y en el trabajo que yo hago. La capitana tiene ese rol de ayudar al equipo y que el equipo crea en ti, en cómo trabajas y en lo responsable que eres. Por tanto, fue un orgullo que el equipo de la Real crea que en ti y eso dice mucho. La capitanía va más allá de lo que se ve; la disciplina del día a día y el trabajo que hay por detrás. Por eso me eligió el equipo.

Lo mejor de su trayectoria, el título de Copa, ¿no?

Sí, sin duda.

Otro hito fue la clasificación para la Champions después de esa histórica segunda posición de la temporada pasada.

Claro que sí. Fueron cosas súper bonitas.

¿Y el peor recuerdo o momento?

¿Lo peor? Nadie quiere lesionarse cuando eres futbolista o en la vida... A mí me ha dado mucho qué pensar y qué reflexionar cuando he estado mucho tiempo lesionada. Por desgracia, tuve una lesión que tardamos más en recuperar y eso me afectó bastante psicológicamente porque son muchas horas las que estás solas. Pero me llevo un aprendizaje enriquecedor de ello que creo que me ha ayudado mucho. Me quedo con esto, que de una desgracia, en forma de lesión, he podido sacar algo bueno.

LA DESPEDIDA. "Sí que es verdad que llevaba desde días antes sintiendo muchas sensaciones, desde que se comunica mi despedida con el primer vídeo, la rueda de prensa... Fueron pasando unos acontecimientos súper especiales que al final ayudó a que poco a poco fuera digiriendo todo esto porque al final han sido ocho años los que he jugado en la Real. No es una decisión que se toma de un día para otro. Las emociones las tenía a flor de piel y el homenaje remató todo. Fue especial. Y eso que me olía algo porque al final estamos todas del equipo juntas. Yo ya decía ¡Estas qué me están liando! Pero tanto no me lo esperaba, ni mucho menos. Esto te hace ver que era una persona querida. Que la gente quisiera despedirse de esta manera de ti te hace ver que has estado entre gente que me quería mucho. Yo me quedo con eso". Javier Colmenero

¿Cómo deja a la Real? ¿Este proyecto puede seguir creciendo?

Por supuesto. La Real está trabajando para crecer año tras año. Hay mucho que hacer y eso es lo bonito, que siempre haya que mejorar para poder crecer. El fútbol femenino ahora está para poder apostar por él porque creo que está dando mucho. Y la Real está en ello. La Liga se está poniendo cada vez más difícil; hay mucho más nivel y poco a poco hay que ir invirtiendo para poder estar mejor, como lo está haciendo la Real, y poder aspirar a los puestos de arriba.

En esta pasada temporada finalizaron en el octavo puesto tras el mencionado segundo del año anterior. ¿La Real de cuál de ellos puede estar más cerca en el futuro?

Yo creo que lo fácil es llegar. Lo difícil es mantenerse. Cada año los equipos invierten para sacar su mejor versión y poder estar en los puestos de arriba. El año pasado fue súper bonito porque quedamos segundas, pero mantenerse ahí es complicado. Levante, Real Madrid, Atlético... también están en los puestos de arriba y están invirtiendo mucho. A nosotras, y es una pena, no nos han salido las cosas como queríamos, pero la Real siempre ha intentado estar en los puestos de arriba. Si mal no recuerdo, en los años que he estado yo, no hemos estado más abajo del octavo puesto. Hay que trabajar mucho e intentar dar siempre un poco más para poder estar en los puestos de arriba.

También dejan el club otras jugadoras que llevaban años como Maddi Torre o Gemma Gili, u otras también importantes como Gaby, Poljack y Le Guilly.

Cada una tiene sus proyectos y sus caminos, y esto va cambiando. Como pasó en su día, ahora también ha pasado y habrá otras que vengan. Cada una tiene que ver lo que puede aportar en el equipo que quiera estar o vaya a estar. Son proyectos individuales que hay que respetar. Como yo he decidido dejarlo, la gente decide irse y no pasa nada. A seguir adelante.

También pasó hace dos años... Aunque en aquella ocasión la marcha de jugadoras con mucho peso específico, como Nahikari García, Leire Baños, Itxaso Uriarte o Mariasun Quiñones supuso un antes y un después para la plantilla.

Siempre habrá un antes y un después. Raramente se mantiene un equipo completo. Siempre hay cambios. Lo bonito es que haya estos desplazamientos. Pese a que Nahikari y estas se fueron, yo mantengo una buena relación con ellas. Esto es lo bonito: yo he jugado un montón de años contigo y ahora juego contra ti. Esto me pasó en la última jornada con Nahikari y Lucía. El conocer a gente con la que has jugado y mantener la relación cuando juegas en contra es lo bonito. 

¿Volverá la Real a ganar un título?

En su día ya demostramos que nada es imposible. Apenas nadie apostaba por que íbamos a ganar y lo conseguimos. Creo que para ello se necesita mucho trabajo y, a la vez, suerte. Si va madurando esto y mejorando año tras año, ¿por qué no? Sabemos también qué equipos tenemos en la Liga y son muy potentes. ¿Pero por qué no?

¿Qué me dice de Natalia Arroyo?

Estos años con Natalia están siendo buenos. Tanto ella como la Real están creciendo. Viendo las carencias que pueda tener el equipo, aprender de esto para mejorar en el futuro. Natalia lo está haciendo poco a poco y ojalá le vaya bien y siga consiguiendo cosas como la del año pasado.

Por lo que me dice, la Real está en disposición de hacer bien las cosas y de llegar más lejos

Yo creo que sí, pero hay que seguir apostando por el fútbol femenino y por la Real, que está formando un buen equipo. Y que esto no pare.