El equipo femenino mantiene una filosofía similar a la del masculino. Se nutre de un buen número de jugadoras de la cantera y se refuerza con foráneas. ¿Es la clave para que la Real se haya hecho un hueco en la zona noble de la Liga F?
Tal y como está creciendo el fútbol femenino, hay que tener una buena cantera. La Real intenta proyectar su cantera con esos dos equipos femeninos más en el club. Es clave formar a jugadoras para que puedan llegar al primer equipo. Igual que el Athletic y el Barcelona, que tienen equipos inferiores para poder formar a sus jugadoras y lleguen con ese buen nivel que hay hoy en día en el fútbol femenino. Poder formarlas desde pequeñas es fundamental, más allá de que luego cada uno tiene su nivel y no cualquiera llega.
Pero en Gipuzkoa hay cantera... ¿Aprecia que los clubes trabajan cada vez más con las niñas y jugadoras más jóvenes?
Totalmente. Es así y me alegro mucho. Es un proyecto que va a dar sus frutos. No es de la noche a la mañana, pero se está apostando por ello y eso va a dar mucho.
Como en su caso, que salió de uno de esos clubes con tradición en el fútbol femenino, el Añorga.
Eso es. Cuando yo era pequeña, que jugaba en el Ostadar (de Lasarte-Oria), esa formación era muy diferente a la de hoy en día. Aprender en el fútbol como tal a mí nadie me ha enseñado hasta tener la oportunidad de estar en la Real, en la élite. Yo jugaba por mi nivel o porque a mí me salía así, pero ser consciente del juego, entenderlo... Eso se hace a través de la formación. Enseñar a las txikis puede dar mucho.
Eso sí, en el fútbol femenino aún existe el hándicap de un convenio colectivo que no termina de cuajar. Sigue habiendo discrepancias entre la patronal y los sindicatos.
Al final, somos nosotras las perjudicadas. Si queremos mejorar la situación laboral de las jugadoras, no es tan difícil conseguir algo. Es una pena que se esté alargando tanto. El convenio se consiguió en su día, pero tuvimos que llegar a extremidades y a mí eso no me gusta. Cuando se puede ceder y apostar por lo que de verdad se quiere, si es que de verdad queremos que la situación laboral del fútbol femenino sea digna y podamos trabajar y vivir de ello, me da pena que haya tanto conflicto entre la Liga F y los sindicatos que están luchando por nosotras.
Y sigue existiendo una diferencia abismal entre los derechos y condiciones del fútbol masculino y el femenino.
Difícilmente se acercará el fútbol femenino al masculino. El fútbol masculino maneja unas cantidades económicas que son descomunales y nosotras deberíamos conseguir ser trabajadoras que podamos vivir de ello, con unas condiciones dignas. Pero tampoco estoy de acuerdo con que tengamos que llegar al nivel del fútbol masculino, que, para mí, es demasiado.
¿Puede vivir una jugadora de la Real del fútbol?
Sí, sí. Desde que se hizo el convenio, el mínimo que se estableció igual no te da para tener una casa propia y poder vivir de ello o tener un vehículo para ir a entrenar, pero un mínimo consigues. En nuestro caso, en la Real, bastante bien estamos para lo que hay en otros equipos. Pero creo que es triste que todavía tengamos que estar luchando para poder vivir mínimamente. Yo no estoy pidiendo que podamos conseguir un colchón para el día que dejemos el fútbol poder invertir en estudios u otra cosa. Y esto es otro tema. ¿Cómo estudiar jugando a fútbol en la élite? Porque si quieres rendir al 100%, ¿cómo puedes compaginarlo con los estudios? En tu descanso debes dedicarte a ello porque los estudios también te exigen. Al final, es un bucle. Lo lógico sería que cuando dejes el fútbol pudieras tener cierto colchón para que pudieras vivir más tranquila. En mi caso, estoy bien y tranquila porque puedo estarlo, pero habrá otras jugadoras que no tendrán esta oportunidad y me da mucha pena.
¿Llegará el momento en el que al fútbol femenino, que está creciendo mucho en los últimos años, se haga su sitio entre el deporte de la élite y tenga un tirón como el de otros deportes que son tan seguidos? La tendencia apunta a ello.
Sí, así es. Tengo la sensación de que el fútbol femenino en poco tiempo ha vivido un boom impresionante. Y ojalá que siga así porque eso también ayuda a que se nos reconozca más y se pueda invertir más en nosotras, que es la clave para que podamos tener un trabajo digno.
Por último, ¿qué le diría a una niña que empieza a dar sus primeras patadas al balón y sueña con ser futbolista de la Real?
Que siga disfrutando con la gente que tiene a su alrededor. Si de verdad le gusta jugar a fútbol, que siga disfrutando de ello que es lo que me hizo a mí llegar a la Real. Vivir cada momento como si fuera el último. Y considero muy importante el respeto porque hoy en día se escucha cada cosa: que si una no puede jugar porque no le dejan... y a mí esas cosas me ponen muy triste. Yo les animaría a seguir disfrutando y luchar por su sueño, pero si no lo consiguen, no pasa nada. La vida son objetivos que nos establecemos y a veces los conseguimos y a veces no, pero por no conseguirlos no pasa nada.